El casco antiguo

05 jun 2018 / 08:41 H.

Mi barrio siempre ha sido objeto de mi devoción y mi respeto, en él se esconden grandes joyas de nuestra historia como los Baños Árabes, el refugio de Santiago, el archivo histórico, y entre otras mi querida Torre del Concejo que dio, ya no, la hora oficial de Jaén, y digo ya no porque alguna concejalía prefirió prescindir de sus campanas. La pena es que sufre el abandono municipal, y solo me alegra que los turistas cada vez vienen más, este punto olvidado de otros, y lamentablemente se tienen que encontrar con la suciedad que lo recorre por los recortes del Ayuntamiento. Los vecinos cuelgan en los balcones carteles de SOS al casco antiguo y es necesaria una reanimación de todos y especialmente de los que nos cobran impuestos y no hacen nada. Es para llorar y no diré palabras más feas que un solar cerca de la plaza de San Juan, propiedad del Ayuntamiento, tras muchos requerimientos fuera limpiado, olvidado de nuevo, y finalmente se hizo una especie de parquecito que se valló y nunca se ha abierto, dejando solo las muestras de mala vecindad que arroja la basura dentro. Escribo desde el dolor y el amor profundo por el sitio donde aún vivo y donde sus vecinos me siguen llamando con cariño Mari. Hoy me quedo en mi barrio con pena.