El camino de las campeonas

    30 ago 2023 / 09:02 H.
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    El caso Rubiales nos pone sobre la mesa los muchos problemas de sexismo que siguen existiendo en el deporte y corregir algunas conductas indeseables gracias a la reacción social y política que se ha producido. El incidente, sin embargo, ha nublado lo que hay detrás de una victoria muy importante por todo lo que significa para la igualdad de hombres y mujeres y por eso quiero recordar y reivindicar el esfuerzo, lucha, sacrificios y renuncias que hay detrás de esta merecidísima victoria de nuestra ejemplar selección femenina de fútbol. Llegar ser las número uno a nivel mundial, no sólo no ha sido fácil, sino que ha sido fruto de muchas confluencias y un largo camino. Cuando se aprobó la ley de igualdad en el año 2007, sabíamos que el deporte de competición era uno de los espacios donde seguían existiendo enormes lagunas de desigualdad y discriminación por razón de género. Lo estatutos de las grandes federaciones deportivas estaban plagados de cláusulas discriminatorias, que se fueron modificando al amparo de la ley, no siempre de manera pacífica. Después vendría el I plan de igualdad en el deporte y financiación para promover la práctica deportiva de mujeres en el deporte olímpico. También la financiación extra del consejo superior de deportes y financiación privada como la de Iberdrola, que apostó estratégicamente por relanzar y profesionalizar la liga femenina de fútbol.

    Muchas mujeres como Maria José López, presidenta de la asociación de jugadoras de fútbol femenino o Lola Romero, presidenta del atlético femenino, y otras muchas, vienen peleando desde hace más de dos décadas por la profesionalización y la liga del fútbol femenino. Con ellas se organizo desde el Ministerio de igualdad y el CSD el I congreso de fútbol femenino hace ya más de una década. Entonces como ahora los obstáculos eran notables. La falta de cotización a la seguridad social de la mayoría de las jugadoras, la brecha salarial, la dificultad de conseguir contratos firmes, la falta de visibilidad que implica pocas horas de pantalla del fútbol femenino frente al masculino, y la falta de mujeres en las juntas directivas de las federaciones y clubes. También siguen existiendo lagunas en la legislación, con un decreto obsoleto que no contempla medidas de conciliación, corresponsabilidad y derecho a la maternidad. A todo ello, se unen los viejos prejuicios, estereotipos y conductas sexistas, cuyo exponente mas claro es el “espontáneo” beso del presidente de la federación española de fútbol a la jugadora Jenni Hermoso. Lo más grave de todo es que como se desprende de sus declaraciones ante la asamblea, estas conductas sexistas e intimidatorias están tan interiorizadas en los jerarcas del deporte que no comprenden la gravedad y reprobable de sus actos y conductas. Porque en el fondo no practican un trato igualitario. Para muchos el deporte femenino sigue siendo un deporte de segunda y el trato con las jugadoras condescendiente.

    Afortunadamente todo esto está cambiando y ahora toca quedarse con la mejor lección del triunfo del mundial femenino y seguir apostando por la igualdad en el fútbol. Las licencias federativas han aumentado de manera significativa desde el año 2008 y lo seguirán haciendo en los próximos años. Ahora alrededor de 100.000 mujeres y niñas tienen actualmente licencia federativa para jugar al fútbol y todo este camino ya no tiene retorno después del ejemplo de las grandes lideresas de nuestra selección femenina.

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