El amor es ciego

17 may 2017 / 10:51 H.

Se me fue la cabeza, se puso chula, hay cosas que un hombre no puede ni debe aguantar. Estas y otras excusas nos cuentan los maltratadores, y cuando las oigo me reverbera el páncreas y me dan ganas de aplicar la ley del Talión, ojo por ojo y diente por diente, con lo que mis huesos acabarían en el trullo mientras los machotes seguirían tan panchos, quebrantando la orden de alejamiento. Pero lo más triste es cuando una mujer maltratada te dice con pena: “es que lo amo” o, peor aún: “me quiere, es solo que me porto mal”. Entonces quisiera quedarme sorda un instante, porque una puede tener la mala suerte de cruzarse con un tipo hostil, por emplear un eufemismo, de esos que te dejan cardenales visibles o invisibles; pero que encima creas que te quiere quien te humilla, revela un daño psicológico, una dependencia emocional tan fuerte que hace difícil superar el mono. Dicen que el amor es ciego, es posible, pero por Dios que nosotras no tenemos por qué serlo. Abre los ojos.