Ejemplaridad

08 oct 2018 / 12:09 H.

El deterioro moral al que está llegando una parte de nuestra sociedad es muy alarmante. Las noticias que van apareciendo a cuentagotas, referidas a nuestros dirigentes, no son alentadoras. Quien ocupa un puesto de relevancia social está expuesto no solo a la crítica sino también a la ejemplaridad. ¿Puede presumir de equidad social un ministro adinerado que busca estratagemas legales para no pagar impuestos? ¿Puede presumir de honestidad académica quien obtiene una tesis “cum laude” bajo desveladas sospechas de amiguismo y de plagio? De las cloacas del Estado, mejor no hablar. ¡Debe intervenir la justicia y entrar a fondo en la ética y en las prácticas de sus propios representantes! Es triste ver lo que estamos viendo en el panorama político. Y más pensar en el futuro de nuestros jóvenes, que lo que más demandan es ejemplaridad. Si lo que hoy podemos ofrecerles es solo ocio, divertimento o manipulaciones interesadas de la Cultura y de la Historia, a través de las nuevas tecnologías, mal futuro les estamos ofreciendo. Restaurar valores como el respeto a la pluralidad, la justicia social, la humildad, el trabajo bien hecho, la equidad... debería ser la prioridad de cualquier gobierno que quiera velar por el bienestar de todos sus ciudadanos. No solo de aquellos que lo votan.