Educar en la era de las TICs

27 jun 2018 / 08:26 H.

El dato escalofriante de esa niña de nueve años adicta a internet es solo la punta visible de un problema que se palpa y me lleva a la siguiente reflexión. La educación familiar, en su vertiente de socialización y formación de la prole, siempre ha sido difícil, pero educar en la era de la información y la comunicación, se ha convertido en una ardua tarea para las familias conscientes de esa responsabilidad. Nadie cuestiona las ventajas que han supuesto las nuevas tecnologías (TIC) en todos los campos. Pero, como todo en esta vida, también eso tiene su envés. Ciberbullying, sexting, gossip, grooming, son términos que ya obviamos buscarles traducción pero que cualquier padre o madre responsable saben que se refieren a riesgos asociados al uso de esas nuevas tecnologías por los menores. Porque les resultan tan atractivas que del uso al abuso solo hay un paso. Los móviles con conexión a internet, por su versatilidad, son los preferidos del público adolescente e infantil. Según el INE, en datos de 2017, casi la mitad de los niños de once años tiene móvil; y en los de trece a quince años el porcentaje se dispara a más del ochenta y el noventa por ciento. Sin embargo, importantes asociaciones de Pediatría mundiales alertan de trastornos asociados al abuso de las TIC: abandono de tareas escolares y domésticas, apatía, pasividad por el entorno, desorden de horarios, alteración del sueño y conflictividad familiar, y recomiendan restringirlas en menores de 12 años. Pero ¿qué familia es capaz de navegar contracorriente y negarle el móvil a la niña cuando todas sus amigas lo tienen? ¿Qué batalla deben entablar para ejercer un control parental si finalmente ceden? ¿Y cuál es la necesidad real de que un niño de diez años tenga móvil? Aquí es donde debería intervenir la Administración regulando por ley el uso del móvil en menores. Ya hay intentos de algunos países y en Francia se ha prohibido su utilización en colegios e institutos. Sería una importante ayuda a esas familias responsables y en general a la salud mental de nuestros infantes.