Los pies de barro

Supongo que estará, mi querido amigo lector, de acuerdo conmigo, en que uno de los fundamentos de la sociedad civilizada se encuentra en que las cosas estén ordenadas. Por eso, las sociedades modernas están perfectamente estructuradas en su organización, donde se establece un orden jerárquico de mando y unas leyes que hay que respetar para poder desarrollarse correctamente. Pero esa estructura ordenada de la sociedad civilizada, tiene que tener forzosamente su base en la enseñanza a nuestros niños y jóvenes de que todo grupo humano, para funcionar, ha de contemplar una autoridad que debe respetarse y obedecerse. Siempre se ha dicho que el pilar de la sociedad es la familia y la educación en los colegios, donde los profesores hacen de segundos padres. Lo que cabe preguntarse es cómo es posible educar a nuestros jóvenes si en la familia no se ejerce la autoridad por los padres o en los colegios o institutos el profesor es casi un colega, sin quererlo así, lógicamente, ni padres ni profesores. Y si evidentemente sin autoridad no se puede educar porque los pobrecillos niños y jóvenes crecen a su absoluto capricho, entonces la sociedad civilizada y ordenada tiene hoy los pies de barro.