De virus en virus

11 feb 2016 / 09:46 H.

El gran genocidio que protagonizamos españoles y portugueses durante el descubrimiento y conquista de América no fue perpetrado por el rugir de espadas, ni por un especial espíritu exterminador ibérico. La principal causa hay que buscarla en el primer estornudo que un paisano dio más allá del charco. Los europeos llevaban cientos de años viviendo en pueblos y ciudades donde se daban condiciones de hacinamiento e insalubridad. El sistema inmunitario, de los supervivientes, había demostrado su fortaleza y capacidad de resistencia frente a numerosos patógenos. Las poblaciones que estos aventureros se encontraron en el nuevo continente eran los descendientes de las tribus que atravesaron el estrecho de Bering durante la última glaciación, es decir, llevaban miles de años separados de los pueblos euroasiáticos, por lo que sus defensas no tuvieron la misma necesidad de evolucionar con similar exigencia. Esto resultó ser una tragedia cuando dichos pueblos se reencontraron en el siglo XV, el 95% de la población total de América murió en los primeros 130 años después de la llegada de Colón y el 95% de dichas muertes fue causado por las enfermedades, según el ecólogo Jared Diamond. En la actualidad, un virus procedente de África está extendiéndose de forma exponencial por toda América, aprovechando la ignorancia del sistema inmunitario de los americanos. El virus Zica utiliza como vector de transmisión el mosquito Aedes aegypti. Sus síntomas no son especialmente graves, pero se sospecha que está detrás de numerosos casos de microcefalia en bebés. Países como El Salvador recomiendan evitar los embarazos hasta 2018, EE UU aconseja a sus gestantes no viajar a países como Brasil y la Organización Mundial de la Salud acaba de decretar la emergencia sanitaria global. Virus como los de la gripe A, ébola o zica nos recuerdan la fragilidad inherente al ser humano, cuyas consecuencias, en ocasiones, solo son amortiguables desde la excelencia científica carente de vanidad. Una de las expresiones más notables de la condición humana.