De la Torre y la oligarquía

08 dic 2016 / 11:18 H.

En esta provincia deprimida históricamente siempre ha costado el doble cualquier cosa, gobernados durante décadas por los mismos que endogámicamente se retroalimentaban repartiéndose el pastel. Pero no sé si seguirá siendo, o al menos desde la democracia se ha frenado esta inercia que no gusta a los gerifaltes. Los trabajadores aspiran a vivir mejor. No es fácil articular bienestar en un territorio de carácter rural, y parece que no a todos les gusta esto. Hasta hace poco, los emprendedores con sensibilidad social, debían salir hacia otros lugares, porque en Jaén estaba ya todo copado por las mismas familias. No en vano la justicia ha dado carpetazo a las graves acusaciones que se le atribuían arbitrariamente a Antonio de la Torre, quedando el actual delegado de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo de la Junta sin cargos y en total inocencia. Van a recurrir, incidiendo en el mal, pero no conseguirán nada. Ahora bien, el daño hecho a su honor, ¿quién lo restituye? Y pregunto, ¿cómo es posible que fueran a buscarlo, esposarlo, y que a Rodrigo Rato ni lo esposaran? ¿Por qué se dirigen estas actuaciones policiales de este modo? ¿Y cómo ciertos medios de comunicación vilipendian la imagen de una persona, presentándola corrupta, y otros no? ¿Por qué otros medios nunca informaron a sus lectores, que según la Constitución, en su seno acoge el derecho a la información veraz? Otros que dieron difusión a la acusación con amplios reportajes, ¿no se han enterado ahora de su inocencia? ¿Hasta cuándo vamos a permitir estos ultrajes? Y lo peor, ¿quién está aparentemente detrás de esta oscura trama? La oligarquía y los rancios señoritos, es decir los sectores más conservadores andaluces, quieren a toda costa el fin del PSOE en Jaén, un bastión socialista no sólo por su granero de votos, sino por su dimensión simbólica de provincia marginada y conciencia de sí. Pretenden enturbiar el expediente del partido llevando por vía judicial a ilustres y honestos representantes. Aquí el PSOE ha logrado una estructura de solidaridad y trabajo, un espacio público de diálogo a través de sus municipios y Diputación, con una cobertura y una red de ayuda para las personas, que en el día a día cuentan más que la frialdad de los datos o las cifras neoliberales. Jaén es un icono, y eso no le gusta a la derecha. Porque en Jaén, que somos como un pueblo, todos nos conocemos, ya se sabe. Hace más de un año asistimos a otro caso parecido, Marcelino Sánchez Ruiz, exalcalde de Úbeda, tras su sobreseimiento y su también total inocencia, a pesar de los recursos por parte de la acusación. Pero el daño ya estaba hecho. ¿No existe un procedimiento de la fiscalía que a quien acuse sin fundamento, demostrándose su falsedad, se le condenará? Sea como sea, estos casos no han sido únicos, aunque nos hallamos frente a dos personas que han visto seriamente alterada su vida cotidiana, su esfuerzo y su dedicación a nuestra tierra, por culpa de falsas acusaciones, intereses espurios y miseria moral. No podemos permitirlo. Hay que cuidar a la gente valiosa, honrada y competente que lucha en nuestras instituciones por un horizonte de justicia social, ante este linchamiento generalizado, y denunciarlo en voz alta, pues se trata de dos grandes ejemplos de nuestra provincia altamente capacitados y sabiamente contrastados en sus cualificaciones y su buen hacer. No debemos permitirlo.