De aquí a los mantecados

23 ago 2017 / 10:45 H.

El otro día escuché decir a un conocido periodista, de reconocido prestigio nacional, que se preveía que, de aquí a diciembre, iba a tener lugar un abundante torrente de noticias, más desmedido de lo habitual. El tótum revolútum de los acontecimientos terroristas, políticos, independentistas, sociales y deportivos, nacionales e internacionales, con que nos levantamos a diario, procedentes de todos los rincones del mundo, parecen pronosticar que, efectivamente, el otoño será caliente. Los recientes atentados en Cataluña, los vaivenes continuos de Podemos y PSOE, las anunciadas elecciones catalanas de octubre, la merecida relación que une, por fin, a la Agencia Tributaria con los futbolistas de élite, la prepotencia y falta de respeto y educación del presidente de EE UU y las bravuconadas del acomplejado dictador de Corea del Norte son solo algunos de los sucesos que nos mantendrán entretenidos. Los profesionales del periodismo, en todos los formatos, deben andar relamiéndose, por cuanto que no van a tener necesidad de rebuscar, debajo de las piedras, noticias con las que ocupar sus espacios. Podrán prescindir de ocuparse de los sucesos pueriles e intrascendentales que rodean el día a día. Las facultades que forman a periodistas tendrán material más que suficiente para ser examinado en la asignatura Análisis de la Actualidad. ¿Quién dijo que el periodismo estaba en crisis? Por mi parte, creo que en los últimos días, los acontecimientos se vienen sucediendo de forma, excesivamente, vertiginosa, sin que haya suficiente tiempo para asimilarlos y analizarlos debidamente. Y lo que te rondaré morena... Demasiados frentes abiertos, excesivas cuestiones pendientes, muchos anuncios de reivindicaciones, pactos,... Quizá llegue un momento que, tan desenfrenada sucesión de acontecimientos, llegue a producir indiferencia en los ciudadanos y sintamos la necesidad de activar el botón off, liberar espacio del disco duro, resetear nuestra memoria y, solo entonces, podremos volver a activar nuestro afán por la información.