Curiosa modernidad

31 mar 2019 / 11:34 H.

Por fin, ya conozco a un moderno total. Pepe no necesita ir a la sucursal bancaria, tiene banca electrónica; hace tiempo que sus compras, incluso los productos cotidianos, las hace a través de plataformas digitales. En casa tiene un cachivache al que le habla para que le ponga la tele —curiosamente con nombre femenino—. Su coche es de última tecnología, apostaría que no necesita al conductor más que para arrancar. Todos los miembros de su familia tienen una tableta, y no, no es precisamente para leer libros electrónicos; un teléfono de última generación 5G, por lo visto el no va más. Si le visito he de gastar cuidado para no pisar un artefacto que deambula por el suelo, parece que es una aspiradora aunque ante mis ojos se asemeja a un robot de los que salían en “La Guerra de las Galaxias”. Con todo este despliegue, quién es el guapo que le dice Pepe que no es un tipo moderno. Claro que ninguna de las maquinitas se ha atrevido a contarle que en su empresa el ERE está avanzado, cambian a 200 trabajadores por tres robots. Pronto será, además de un moderno 3.0, desempleado.