¡Cuídate de los idus de marzo!

31 mar 2019 / 12:01 H.

Expectante y anonadado transita el “señor Jota” entre calores de día y tan frías madrugadas que la voz se resiente y el cerebro se acomoda a disgustos de una primavera alterada en exceso por contaminación electoral en vena. Primavera con chapuzones que incluso amenaza alergia en grado sumo ante tanto discurso vacuo y sonrisas falsas que esconden verdaderos vía crucis: “Amo la traición, pero odio al traidor”, decía el emperador romano Julio César, asesinado pese a la advertencia que le había hecho un vidente y recoge en sus textos el filósofo e historiador Plutarco. De ahí nace la expresión “cuídate de los idus de marzo” que en la antigua Roma significó un magnicidio de sangrientas consecuencias. A esta frase del vidente romano se acoge el “señor Jota” ante los continuos y sorprendentes magnicidios políticos en Jaén. Los idus de marzo jaeneros han acabado con Gabino Puche, valga como ejemplo de su alto calado.

“¡Al suelo, que vienen los nuestros!” Hay quien atribuye la frase a Winston Churchil y otros que la ponen en boca de Pío Cabanillas, pero en Jaén quien siempre la dijo (y la sufrió en sus propias carnes) fue Alfonso Sánchez Herrera, el alcalde más conocido pese a que su mandato fue efímero porque los suyos, los de su partido, lo descabalgaron en grado máximo de traición. Aunque a efímeros ejercicios el de Moisés Muñoz como presidente de la Diputación, conste también, ahora alejado de toda pompa y suntuosidad poltronaria y ejerciendo de maestro en sus últimos días de españolito cotizante. “Hay puñales en las sonrisas de los hombres; cuanto más cercanos son, más sangrientos”, lo escribía William Shakespeare y viene que ni anillo al dedo con lo que está sucediendo, sangre política a espuertas, descartes si se usa el eufemismo, renovación si tiramos de sarcasmo puro porque las listas electorales no dejan bicho viviente conocido. Cervantes lo contaba así en El Quijote y en boca de Sancho ante la desesperación de Don Quijote: “Señor, las tristezas no se hicieron para las bestias, sino para los hombres; pero si los hombres las sienten demasiado, se vuelven bestias”. Qué de codazos, qué de puñaladas, qué de insana intranquilidad para quien quiere seguir ejerciendo de servidor público y nadie lo llama, su jefe no lo señala con el dedo, a semejanza de cualquier cosa menos a libertad y democracia, a votación y a respeto. “Si votar sirviera para algo, ya estaría prohibido”, quien así pensaba era el periodista uruguayo Eduardo Galeano. Nada nuevo, que su pensamiento siempre fue contracorriente y clarividente: “La traición se llama ‘realismo’. El oportunismo se llama ‘pragmatismo’. El imperialismo se llama globalización. Y a las víctimas del imperialismo se las llama países en vía de desarrollo”. Los idus de marzo vinieron para quedarse en Jaén, con el fin de la maratoniana vida política de Gabino Puche y han dejado a los pies de los caballos otrora carreras significantes como las de Miguel Contreras o Pilar Parra. ¿Y qué pasa con María Cantos? El “señor Jota” acaba con un proverbio chino: “Es fácil esquivar la lanza, más no el puñal oculto”.