Con viento favorable

18 jun 2018 / 08:28 H.

Todos ganan. Nadie pierde. Corren vientos favorables para unos y para otros en una guerra sin armas en la que la jugada queda casa, un lugar en el que no hay adversidades sin fortalezas. No fue plato de buen gusto servir en bandeja las urnas de unas elecciones internas después de diecinueve años con la receta guardada en un cajón. El Partido Socialista, cuyos estatutos revelan que se celebran primarias cuando hay varios candidatos a la Alcaldía, abrió el proceso y, sorprendentemente, siguió con él hasta el final del camino. Julio Millán, aspirante de la corriente oficial, se enfrentó a José Sánchez, “sanchista” hasta la médula, valga la redundancia. La reducida exigencia de los avales hizo que el procedimiento continuara el curso de un río con “happy end” para la calle Hurtado. Porque claro quedó desde el principio del lado en el que está el líder de los socialistas jiennenses, Francisco Reyes.

Las quintas elecciones primarias de la historia democrática del Partido Socialista en la capital y, sin embargo, las segundas en las que se produce, finalmente, votación. Todo tiene su explicación. Con las primeras se escribieron ríos de tinta. Ocurrieron en 1999 y tuvieron dos protagonistas. Marcos Gutiérrez contra Juan Torres. O viceversa. Hubo campaña incluida, con Gaspar Zarrías y Manuel Chaves como actores principales de la acción, para convencer a los “torristas” de que se retiraran. Era la época del conflicto abierto en España entre Josep Borrel y Joaquín Almunia. Al crítico jiennense le pasó como a Borrell, que ganó las primarias y perdió las elecciones. No fue fácil tener a todos en contra. Rompió la disciplina de partido, se produjo una apertura de expediente y, en consecuencia, su dimisión. Siguientes elecciones y segundas primarias. No llegaron a celebrarse porque, al final, hubo un único candidato. Sin embargo, hasta llegar a ese enmascarado acuerdo se tuvieron que celebrar varias reuniones a puerta cerrada entre quienes movían los hijos del socialismo jiennense. La idea fija de que fuera el abogado Marcos Gutiérrez el futuro alcalde trajo más de un quebradero de cabeza a la dirección provincial, que tuvo que prometer el oro y el moro a Manuel López para que se retirara del escenario. En 2007 se abrió el tercer proceso de primarias. Tampoco se celebraron porque los astros se alinearon para que fuera Carmen Peñalver la única y respaldada candidata.

Ya no hubo cuartas hasta 2015. Tampoco votación. Fernando Calahorro, entonces presidente, se retiró a última hora y dejó vía libre al secretario general, Manuel Fernández Palomino, en su camino hacia la Alcaldía de Jaén. A punto estuvo Julio Millán de dar el paso, pero los tejes y manejes de última hora lo obligaron a dar carpetazo hasta un nuevo mandato. Y, de esta forma, pasaron cuatro años hasta llegar a la jornada de ayer, cuando se celebraron las quintas primarias y la segunda votación de la historia del Partido Socialista. Julio Millán ganó en votos, fue proclamado candidato y, a partir de ahora, emprende una dura batalla para lograr el bastón de mando. José Sánchez ganó en adeptos y mostró su disposición a sumar al proyecto que pretende dar el vuelco político en el Ayuntamiento de la capital. La ausencia de perdedores en un escenario políticamente complicado sorprende. Todos vencen en la cuenta final de resultados.

Despejadas las pocas dudas que existían en las filas socialistas, queda por confirmar quién será el nuevo subdelegado del Gobierno en Jaén. Hay dos nombres que suenan con fuerza. Valeriano Bermúdez, si se impone la corriente “sanchista”, o Catalina Madueño, si prospera la propuesta de la dirección provincial. Así está el patio.