Comportamientos incívicos

01 nov 2017 / 10:49 H.

Los titulares que nos informan de los posibles casos de violación en el botellón de la pasada feria de San Lucas, en Jaén, intranquilizan mucho a los padres que tenemos hijos adolescentes. Casi una denuncia al día por agresión sexual, algo que “jamás había ocurrido”, es lo suficientemente preocupante como para cuestionarnos nuestro modelo educativo con los jóvenes y adolescentes. Vale que es feria y hay que divertirse, pero no a cualquier precio. Una vuelta por la noche en el ferial basta para darse cuenta de que hay algo que se nos va de las manos, y no es cuestión de alarmismo, es cuestión de realismo el que muchos jóvenes solo saben divertirse con alcohol y en algunos casos también drogas, y esto tiene sus consecuencias. Me preocupa este modelo de comportamiento que parece aceptado por la sociedad pero que al mismo criticamos y nos resignamos. Pero igual me preocupa el que muchos adultos hacen lo mismo olvidando que somos ejemplo de nuestros hijos. También, con solo darse otra vuelta por el ferial, nos encontramos con adultos en un estado a veces vergonzoso. La diversión tiene un límite, el que incomoda e intenta aprovecharse de los demás, valiéndose de engaños y de sucias y descaradas artimañas; son demasiados los jóvenes y adultos que lo traspasan. El 57% de los menores puede comprar alcohol sin problemas; en internet se pueden ver vídeos que “glorifican el consumo de alcohol y las borracheras”; desconocemos que el consumo de los refrescos energizantes tipo “Red Bull”, “Monster” y otras marcas, pueden “estar detrás de un buen número de visitas a las urgencias hospitalarias por taquicardias y problemas de ansiedad”. No, todo no vale, lo siento, me produce vergüenza ajena el comportamiento incívico que tanto daño causa. O nos “ponemos las pilas” e intensificamos el trabajo para que cada uno, jóvenes y adultos, busque y disfrute con sus razones para vivir, o de lo contrario solo tendremos razones para la diversión, sea como sea y a cualquier precio, y luego pasa lo que pasa. Como todo en la vida el secreto está en el equilibrio y una buena dosis de sentido común.