Campeonísimo

21 may 2019 / 16:26 H.

Las personas que consiguen sobresalir por sus méritos en cualquier actividad sobre los demás, que son elogiadas, aplaudidas y admiradas, deberían meditar y saber que al ser tan observados deberían mostrarse de una manera que sirva de ejemplo a los demás, sobre todo a los jóvenes. Son un espejo en el que muchos se miran y deben ver una imagen limpia y positiva. Divos como Maradona han hecho mucho daño a no pocos de sus seguidores, porque su vida particular, al margen del deporte, fue lamentable, desorganizada y cuajada de conductas reprobables. A veces la fama y el dinero forman un coctel explosivo que no se sabe digerir. Yo —y millares de jiennenses, sobre todo los que le conocimos personalmente— admiramos y seguiremos admirando la figura legendaria y la humanidad caballerosa de Ángel María Arregui, un deportista ejemplar y un hombre que supo convivir con la cabeza muy bien amueblada. Afortunadamente han sido y siguen siendo mayoría los que tuvieron una vida ordenada. Hoy, para buscar esa ejemplaridad, hay que fijarse en la figura de Rafael Nadal, uno de los mejores tenistas del tenis mundial, un campeonísimo que ha ganado 17 Grand Slam, que ha vivido con sencillez, sin jactancia, entregado a su deporte. Un hombre que ha superado graves lesiones y que, aún así, tras su reciente vuelta a la competición, acaba de ganar el Masters 1000 ATP de Roma, imponiéndose en la final a otro gran campeón como es Novak Djokovic, quien ha declarado que ve a Nadal como favorito para ganar el próximo Roland Garros. Admiro a Nadal como deportista y lo respeto como persona, porque es un deportista que sólo da que hablar cuando compite, porque sabe llevar su vida íntima con humildad, sin estridencias, y dando ejemplo de solidaridad como cuando le vimos con el escobón en la mano ayudando a paliar los estragos de las todavía recientes inundaciones en su tierra. Rafa Nadal, nacido en Manacor, debutó en grandes competiciones internacionales con sólo 15 años. Dos años después, se hizo profesional. Y desde entonces no ha cesado en avanzar en su camino de triunfos. El próximo 3 de junio cumplirá 33 años y continúa con la misma ilusión que tenía en su juventud. Bien lo ha demostrado hace unos días en el Masters de Roma. Un triunfo internacional que él ha aceptado con la misma modestia de siempre. Ni más ni menos que como corresponde a un deportista y una persona ejemplares.