Nuestra Señora del Carmen en la Diócesis de Jaén

Año 1251. Aylesford, Inglaterra. Cuando más apesadumbrado se encontraba el general de los Carmelitas, Simón Stock, pues su orden se encontraba perseguida por los sarracenos, la Madre de Dios se le apareció cuando Simón en oración estaba. La Virgen María dio consuelo y amor a unos hijos afligidos que lo necesitaban. A unos hijos que ya, en el Monte Carmelo, había intercedido por ellos en aquella profética nubecilla en la que se prefiguró como la Immaculata Conceptio. Tras entregar al general de los Carmelitas la prenda de salvación, el Santo Escapulario, así como realizar las promesas que se conocen como “stockianas”, y más tarde la bula sabatina a Juan XXII, la devoción del Escapulario se expandió de forma portentosa por todo el mundo. Llegó a España y, concretamente, a la capital del Santo Reino de mano de los Frailes Carmelitas Calzados, que establecieron su convento en un Jaén del siglo XVI que necesitaba de fe, esperanza, y caridad.

Cuanto bien hicieron en el castizo barrio de San Juan, y años antes en los extramuros de nuestra querida ciudad, en el ejido de Santa Isabel. Pero la devoción carmelitana seguía expandiéndose, esta vez por la Puerta de Granada, y debido a la reforma teresiana de los Descalzos, colocando la imagen de Nuestra Señora del Carmen en el Altar Mayor de la Iglesia Conventual de San José, en 1580. A escasos metros, se fundó el Convento de las Carmelitas Descalzas en 1615. La devoción en Jaén continuó en todas las iglesias y conventos referidos, siendo la primigenia devoción la que radica en la Parroquia de San Juan y San Pedro, por lo que la cofradía ostenta el título de primitiva.

Desde 1941, tiene presencia en San Bartolomé, gracias al catedrático y propagandista católico Manuel Mozas Mesa, que junto a varios docentes e intelectuales, consiguió recuperar la devoción de las Ánimas del siglo XVI, junto a la Patrona del Purgatorio, la Santísitma Virgen del Carmen. En las parroquias de San Ildefonso, Santa Cristina, San Miguel y La Merced, poseen imágenes, pinturas y retablos dedicados a la Virgen del Carmen, así como la Santa Capilla de San Andrés que, en breve, restaurará y pondrá al culto una imagen atribuida a Mateo de Medina del siglo XVIII.

Este 16 de julio las campanas de Linares, que dan nombre a la popular copla, repicarán con júbilo en la recién declarada Basílica Menor de Santa María, cuando por la puerta que fue del Convento de la Coronada de Jaén, haga su salida la Reina y Hermosura del Carmelo. En la ciudad minera, tiene su origen, según recientes investigaciones, coincidiendo con la revolución industrial del siglo XIX, así como con el aumento significativo de la población. En 1875, era denominada Congregación de Nuestra Señora del Carmen. En la actualidad, procesionan una imagen del segundo cuarto del siglo XX, debido a que la anterior imagen, también de vestir, fue destruida durante la Guerra Civil.

Siguiendo la geografía provincial, desde el barrio de La Lagunilla de Andújar, y con el recuerdo de un párroco ejemplar, eledonio Cózar, procesionará Nuestra Señora del Carmen, en unas fiestas que cuentan con arraigo en la ciudad desde el siglo XVI. En este Año de la Misericordia, han tenido la dicha de que el pregón fuera pronunciado por un buen amigo cordobés y carmelita descalzo, Fray Francisco Víctor López Fernández.

Úbeda y Baeza celebrarán también la fiesta en honor de la Estrella del Mar, herencia del paso de San Juan de la Cruz por ambas ciudades patrimonio de la humanidad. Igualmente, la cofradía de Ánimas de la Yedra, única en la provincia junto a la jiennense de San Bartolomé, celebra cultos y procesión en noviembre.

Fervorosa es la devoción que mantiene el municipio marteño de Monte Lope Álvarez, en un año importante con motivo del Centenario del nacimiento del Beato Manuel Aranda, gran devoto de la Virgen del Carmen. Otras poblaciones como Valdepeñas de Jaén y barriadas jiennenses como Valdeastillas o Las Infantas, celebrarán una advocación mariana que va camino de ocho siglos. No quedó circunscrito al Oriente su culto, sino que, propagado al Occidente, se extendió después por todo el mundo, siendo la advocación más antigua, popular y universal de las múltiples en que la Virgen María es venerada. Feliz día de Nuestra Señora del Carmen para todos.