Bofetadas turísticas

09 feb 2016 / 09:31 H.

Recibir a un viejo amigo que llega a nuestro Jaén con ánimo de disfrutar de sus atractivos turísticos es ardua tarea. Su primer interés se centraba en un aspecto lúdico-artístico-cinematográfico: las dos únicas obras de Keane, la pintora de los “ojos grandes” que se conservan en España y que, curiosa y sorprendentemente, se encuentran en el Museo de Jaén. Recorrimos cada uno de sus rincones pero en vano. El funcionario de la entrada nos sacó de dudas: tras una exposición temporal coincidente con el éxito cinematográfico de la vida de la pintora, los cuadros pasaron al almacén y no se exponen ya al público. Una peculiar forma de promover el turismo. Mi amigo me indicó después que le interesaba visitar el Centro de Interpretación del Castillo de Santa Catalina. ¿Cogemos el autobús?, me preguntó inocentemente. Pues no. Aunque sea difícilmente comprensible, no se puede acceder ni al Castillo ni al Parador en transporte público. La respuesta del responsable de la Oficina de Turismo fue antológica: Ni hay transporte, ni se le espera. Un alegre guiño al esforzado turista que nos visita. Un paso más, otra joya muy destacable de nuestro patrimonio, la Catedral. Era mi deseo dejarnos llevar por el espíritu de Vandelvira en la Sacristía y, en especial, en la Sala Capitular. Pues bien, ambas dependencias se encuentran ocupadas por una exposición temporal, lo que es destacable, pero hay un detalle que demuestra poco respeto a los visitantes: En la citada Sala Capitular se han colocado los cuatros en una forzada diagonal carente de sentido, ya que impide la contemplación del retablo. Parece que el conflicto tiene su base en la gratuidad de la exposición y en el pago de la entrada del templo, por lo que los visitantes de la exposición no tendrían “derecho” a contemplar el retablo. Increíble. Tres pequeños ejemplos de “bofetadas al turista” que me hacen dudar del verdadero interés de nuestros responsables turísticos/políticos en promover y favorecer el turismo en la ciudad. Desde luego, mi amigo tomó su camino de vuelta “haciéndose cruces” por lo que había visto. Por cierto, marchó en tren. Y las comunicaciones de Jaén por ferrocarril son otra historia y poco edificante también.