Autoestima y turismo

    10 oct 2023 / 09:10 H.
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    Malos tiempos para la lírica” es el título de un poema del dramaturgo alemán Bertolt Brecht, como también el de un álbum del grupo musical Golpes Bajos. ¿A qué viene esto? Verán, cuando uno lee algunos medios de comunicación, escucha algunas tertulias televisivas o radiofónicas o habla con determinadas personas, insistentemente nos trasladan una imagen poco menos que apocalíptica de la situación por la que atraviesa nuestro país, que a mi parecer no se corresponde con la realidad, aunque obviamente no deja de ser una percepción subjetiva, igual que la de todos los opinantes. Sí, ya sabemos que el resultado de las últimas elecciones dejó un tablero político endiablado, que obliga a los dos grandes partidos que se vienen alternando en el poder desde el restablecimiento de la democracia en España a pactar con quienes no quisieran a uno y otro extremo del espectro político. Es verdad que la estabilidad institucional está en entredicho y sujeta por muy débiles asideros que se pueden quebrar en cualquier momento. Pero no teman, no me voy a meter en el “charco” de la política, ya que rápidamente giro hacia la economía, que es lo mío y el objetivo de esta columna que generosamente me publica periódicamente Diario JAÉN.

    En economía las afirmaciones siempre deben venir apoyadas por los datos estadísticos que las explican y sostienen. Pues bien, según las estimaciones realizadas por la Comisión Europea en el mes de septiembre del año en curso, el PIB de la Eurozona crecerá un 0,8 por 100 en 2023, un 1,0 en Francia, el 0,9 en Italia e, incluso, será negativo (-0,6) en Alemania, mientras que para España se prevé un incremento del 2,2 por 100. La inflación, ese monstruo que nos tortura y al que hay que batir —en ello está el Banco Central Europeo con la subida del tipo de interés del euro—, igualmente según las previsiones de la Unión Europea, cerrará el año creciendo al 5,6 por 100 de media en la Eurozona, el 6,4 en Alemania, al 5,9 en Italia, al 5,6 en Francia y se situará en el 3,6 por 100 en España, es decir, que también aquí nuestro país sale mejor parado que los vecinos y socios europeos. Sé que estos son datos macroeconómicos y que a nivel microeconómico las familias, los autónomos y las pymes —pequeñas y medianas empresas— sufren para salir adelante en su día a día, igual que en el resto de Europa.

    Durante este verano, cuando algún agorero me intentaba convencer de la apocalíptica situación del país, yo sólo le contraponía que para poder acudir a un almuerzo o cena en alguno de los restaurantes o chiringuitos de la Costa del Sol, había que realizar reserva con mucha antelación, que la ocupación hotelera se acercaba al 100 por 100 de las plazas, que en la hostelería no se encontraba mano de obra disponible para atender los requerimientos del sector y, todo ello, con unos precios disparados. Esta percepción, obviamente subjetiva, como todas, se ve reforzada con algunos titulares de prensa de estas últimas semanas: “El FMI dispara hasta el 2,5 por 100 la previsión de crecimiento para España gracias al turismo” (Expansión); “El boom del turismo mantendrá la inflación subyacente en el 4,1 por 100” (El Economista); “La llegada de turistas se dispara en agosto y anticipa un récord de 86 millones en 2023” (Cinco Días), y así podríamos seguir con otros muchos. En efecto, España es el segundo país del mundo con más visitantes extranjeros, solo por detrás de Francia, y también el segundo por nivel de ingresos, en este caso superada por USA. Y es que contamos con magníficas infraestructuras (carreteras, ferrocarriles, puertos y aeropuertos), un inmenso legado patrimonial e histórico, como también con recursos naturales excepcionales. En estas mismas páginas, hace unos meses sostenía que: “España es cultura, es naturaleza, es patrimonio, es historia, es clima, es gastronomía, es diversidad y está habitada por gente acogedora; por eso, por todo eso, somos líderes turísticos en el mundo” (Perdón por citarme). Por favor, señores agoreros, por su salud mental, sean optimistas, aunque solo sea observando la admiración que en el mundo sienten por nuestro país.

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