“Atar al diablo”

21 abr 2018 / 10:18 H.

Se acabaron las escaramuzas y las balas de fogueo. Tiran a dar y el actual alcalde de Linares ya sabe por quién doblan las campanas. La auditoría interna encargada por el nuevo secretario general socialista en la Ciudad de las Minas, Daniel Campos, rastrea la gestión dentro de la agrupación y las huellas dejan un titular inequívoco: “Irregularidades de gestión”. El pozo socialista requiere luz y comprobar si el canario pía, si hay vida en la galería, si el aire es respirable.

En una operación política felina, al anuncio de apertura de expediente disciplinario se sucede la expulsión fulminante del militante Juan Fernández al día siguiente por parte de la Ejecutiva Federal. Ferraz dicta sentencia sin necesidad de escuchar al otrora líder del socialismo jiennense y añade detalles para amparar su decisión de expedientar cautelarmente al alcalde de Linares y al ex secretario de Organización, Juan Sánchez: “Se han detectado presuntas irregularidades contables y de la administración de los fondos económicos del partido en Linares, además de otras cuestiones estatutarias”.

Llega San Marcos y las primarias, y el PSOE decide “atar al diablo”, tradición castellariega que consiste en ir al campo y hacer un nudo en la retama, sin que esta llegue a romperse, y de esta manera dejar atado al maligno para evitar sus malas artes, al menos, durante un año. Accciones más que simbólicas en ambos casos y con el fin compartido de poder espantar al belcebú de turno. En la primera se busca asegurar una buena cosecha y en la segunda, en clave política, otro tanto. La primavera socialista prefiere los rigores de un antiestamínico orgánico a estar meses con continuos picores. Es un primer tratamiento, quizá hagan falta más.

En terreno ignoto y con brumas, el todavía alcalde tilda la operación de “malévola” y reconoce haberse ganado a pulso el expediente, aunque se ciñe a su papel de “follonero”, de díscolo con poder, de verso suelto, de “rara avis” minera. No entra, sin embargo, en explicar en detalle el que, de momento, es el “quid” de la cuestión: irregularidades contables. Unas decisiones, no obstante, de las que él hace partícipes al resto de la ejecutiva. Sí apunta a que la maniobra solo busca quitarle de en medio como cabeza de cartel del PSOE y opta por un perfil bajo, melancólico, en función de un tiempo que se fue, y de esos quince años “manteniendo la paz”. Una paz que, aunque se refiera a clave interna, suena a premonitoria amenaza de la paz social de una ciudad apuntalada en una precariedad que se palpa en cada rincón. Queda por ver hasta dónde está dispuesta a llegar la dirección socialista en la caída a los infiernos del que fuera líder y apuesta ganadora socialista en la provincia. Él se daba por fulminado si su suerte dependía de Sevilla, pero el golpe de gracia interno se lo certificaban desde Madrid, cuando todavía tenía baja la guardia por la apertura de su expediente. Azorado, asegura no tener nada claro qué hacer en ese futuro inmediato de la política. La mano de cartas no es buena y la dirección deja claro que no va de farol.

A Madrid volvemos, allí torció el gesto Susana Díaz en las escaleras de la Moncloa para escenificar lo poco que presupuestariamente vale cada ciudadano andaluz para el Gobierno central. ¿Y uno de Jaén? Mariano Rajoy garantizó un nuevo bosquejo de financiación y se volvió a hablar de infraestructuras “vitales” como el corredor de tren entre Algeciras-Bobadilla, enquistado por olvido presupuestario y en el que Jaén encontraría un alivio a su asfixia. La mención específica a Jaén llegó en el Congreso de los Diputados donde Pablo Iglesias recibió una comitiva del CES Provincial que explicó que estamos cercados, aunque no temamos las flechas de los indios, de momento. Salvo que seas María José Ruiz, y te impongan unos cascos para evadirte de la realidad, la cosa pinta así.