Ante los presupuestos

09 jun 2017 / 11:25 H.

Antes de que llegue el verano con su inevitable calor y sus anunciadas mociones de censura, convocatoria de referéndum y demás desafíos espurios que están al caer, quizás convenga hacer acopio de paciencia y sensatez para soportar los rigores extremos a los que vamos a estar sometidos en esta jaula de grillos en que unos por desidia y otros por motivos menos confesables han convertido a este arruinado país en el que hemos de vivir y convivir.

Hay temas que chirrían, como las ruedas desvencijadas de ese carro oxidado que todavía queda en el corral del cortijo, ese cortijo andaluz donde todos medran y ninguno trabaja en aquello que de verdad importa, que es el desarrollo económico que nos reportaría facilidad de comercio, puestos de trabajo, progreso y más bienestar. Como ejemplo de esa dejadez que padecemos los andaluces se ha de citar el tema de los Presupuestos Generales del Estado que son motivo de almoneda política en la que algunos ganan y otros pierden, como siempre ocurre desde que todos saben cómo se las gastan en otras regiones, nacionalidades y demás ínsulas canarias, que no “baratarias”. Los andaluces suelen dar su voto sin cobrar ni un céntimo, y mientras los vascos sacan el Gordo de la Lotería presupuestaria en forma de unos cuantos años de cupo casi gratis, y la propina para terminar la famosa Y que ya parece sea todo el abecedario por lo mucho que han conseguido con cinco votos, Andalucía ni pía con la falta de infraestructuras, el desmantelamiento de la escasa industria y el abandono del quimérico corredor mediterráneo que debe ser una entelequia con la que algunos sueñan cuando tienen pesadillas. Mientras tanto vengan ferias, aplausos a los poderosos y romerías un fin de semana y el otro también. Así nos va y además nos alegramos y sacamos pecho porque tenemos la gran suerte de contar con nuestros reputados diputados que en cuanto pasan de Sierra Morena se olvidan de quien los ha votado, como puede ser el caso, por citar sin ánimo de ofender a alguno concreto, del exalcalde de Jaén, que participa en la redacción de los Presupuestos, ya que es Secretario de Estado del Ministerio de Hacienda, e incluso también del actual ministro que en alguna otra ocasión ha sido elegido por la provincia de Jaén. Si ellos no hacen nada por esta tierra que los ha encumbrado, ¿quién lo ha de hacer? Esta pregunta tiene enjundia y la respuesta no se ha encontrado en ninguna legislatura pasada ni se espera que aparezca en las por venir.

Hace unos días en una tribuna de opinión de un diario de difusión nacional el Consejero de Economía de la Junta de Andalucía ofrecía unos datos que son por demás preocupantes, y es que en los Presupuestos Generales del Estado de este año, esos que hemos citado como caso de almoneda interregional, la inversión prevista para Andalucía, es la más baja desde el año 2001, con lo que se ahonda el abismo existente entre la situación económica de Andalucía y el resto de comunidades autónomas, y todo esto se hace sin que nadie levante la voz y exija con toda razón, no esa tierra y libertad que está en nuestro himno, sino respeto e igualdad de trato con el resto de los españoles. Mientras tanto, unos que gobiernan aquí han estado inmersos en un programa de primarias que veremos donde les lleva y todos deseamos que les vaya lo mejor posible pensando en el bien del país, otros van al Congreso con camisetas de colorines a poner la nota circense, y los que gobiernan en Madrid en los ratos libres entre citaciones judiciales y demás asuntos que quieren tapar y hacer olvidar, pastelean con catalanes, vascos y canarios mendigando votos y repartiendo prebendas en forma de inversiones que quitan a los que sólo lloran pero no han aprendido a mamar. ¡Pobre Andalucía! Algunos dicen que tenemos lo que nos merecemos, pero hay que decir que ya está bien, que nuestros diputados deberían de trabajar por nuestra tierra, aprender a votar no a todo aquello que sea lesivo para nuestros intereses y sobre todo no dar su aquiescencia a ningún presupuesto que no tenga en cuenta el fomento de la economía, la mejora de las infraestructuras, la industrialización y el desarrollo de Andalucía. Hay que poner en valor nuestros votos.