Años luz

28 mar 2019 / 08:26 H.

En fútbol, como en la agricultura, no todos los años la cosecha es buena aunque se siembre en el mismo terreno. La mejor cosecha de jugadores en España se dio hace una década y duró media docena de años. En esa época, la selección española, en ese tiempo aún cercano, de la mano de Luis Aragonés y de Vicente del Bosque, se proclamó dos veces campeona de Europa y una campeona del Mundo. Hace tan sólo diez años, pero viendo al actual seleccionado español parece que han pasado años luz. No en todas las generaciones salen grandes jugadores y, mucho menos, en tal cantidad que permita formar una selección grandiosa, con fútbol, con goles, con triunfos y prestigiosos logros. Las cosas son así y ni las cosechas malas son siempre culpa del agricultor ni la profusión de buenos futbolistas obedece a aciertos o desaciertos de los técnicos. Viendo las dos formaciones que ha presentado José Enrique en este inicio de año se comprende lo que trato de explicar. No es fácil para un seleccionador encontrar los hombres idóneos que traten de emular los éxitos de aquellos de hace diez años. ¿Qué viejo aficionado no recordó en la noche del pasado martes a aquella selección española que en el año 1983 venció a Malta por 12-1? La que el martes presentó Luis Enrique no se parecía en nada. Sí, había años luz de diferencia en todo lo que contribuye a que un equipo sea capaz de ilusionar. Jugadores que debutaban sin estar avalados por una trayectoria brillante, otros que regresaban años después y que demostraron que, pese a la edad, son superiores a los de la nueva generación, y unos pocos, muy pocos, que vivieron los años de oro de La Roja, pero a los que la edad va restando prestaciones.

Parece ser que en la actualidad —con tanto extranjero en las Ligas españolas— el producto nacional escasea. No es fácil encontrar jugadores que hagan olvidar a los campeones del Mundo, y es eso lo que la afición les está pidiendo porque está muy reciente aquella época gloriosa. No es justo, porque, ya digo, no todos los años las cosechas son buenas. Se imponer trabajar con entrega y paciencia y que los aficionados lo entienda. Pese a esa gran rebaja en la calidad del fútbol, la selección española ganó a sus rivales. No eran de una gran entidad futbolística pero fueron combativos e incansables. Ya se sabe que en fútbol, por encima de todo, lo que vale es ganar. Y esta nueva selección española lo está haciendo.