Amor sin diamantes

Hay un amor que se aleja de los tópicos, de las cajas de bombones y los ramos de flores, que persiste en la enfermedad y trasciende la muerte. Hay un amor sin diamantes ni ropa interior sexy. Sin cenas románticas ni habitaciones en hoteles con spa. Un amor que sobrevive entre la desesperación más oscura, la suciedad de los vómitos y la pesadumbre de los dolores. Un amor incansable, un amor callado y solitario; acompañado únicamente por el sonido invisible de la cuenta atrás que hace unas semanas marcó algún médico. Las horas adquieren una dimensión desconocida cuando estás en tiempo de descuento: se alargan con la desesperación que produce ver el sufrimiento de la persona amada y se acortan al ser conscientes de que se acerca la pérdida irreparable. Hoy es el Día de los Enamorados, y hubiera preferido escribir algo ligero, divertido, alegre..., pero los escritores no siempre logramos doblegar a nuestros demonios. Alumbré este artículo, que es un homenaje a los que en esta fecha tan señalada ya han dejado de luchar, que no de amar, eso nunca.