¡Sed los mejores!

Primer día de clase. El profesor: ¡Buenos días! Contestan siete (son veinticinco). El profesor: ¡Buenos días! Contestan todos: ¡Buenos días! El profesor: ¿Quién quiere ser el mejor? Tímidamente levantan la mano tres; seguro que bastantes más —dice el profesor—, si no todos quisierais ser los mejores. En esto que el profesor comienza a hablarles del compañerismo, del servicio a los demás, del deber, de la ejemplaridad; y llegado este punto dice: el mejor no sólo es el que saca diez en todo, el mejor es también el que suspende (el profesor calla un momento); se hace el silencio; el mejor es: el que suspende y con su esfuerzo aprueba, el que saca un cinco y luego saca un seis, o mantiene el cinco con todo su esfuerzo, y así ... (cada uno con sus capacidades). Pero por sacar dieses o superarse en la nota, no solo por eso se es el mejor; el mejor es el que ayuda al compañero a serlo también; pero no sólo eso, para ser el mejor los demás tienen que confiar en ti, y para eso no puedes mentir nunca. Imaginaos que todos en esta clase sois así, entonces esta clase es la mejor del centro. Y cuando salgáis por la puerta, que cada uno os digáis, como todos los días a partir de hoy: ¡Soy el mejor!