Aceite verde del siglo XV

20 mar 2019 / 11:30 H.

El ingeniero agrónomo Gabriel Alonso Herrera (Talavera de la Reina 1470-1539), o sea, 77 años antes de que Miguel de Cervantes naciera, de entre sus varias obras literarias sobre el aceite de oliva verde escribía: “Las aceitunas para aceite dije que mientras más verdes están es mejor el aceite, y nunca en el árbol se paran tales que luego se pueda labrar el aceite: por eso hánlas de coger con tiempo”. Ya ven, mis amigos lectores, en Jaén y en otros pagos andaluces no se ha inventado nada del otro jueves ni descubierto nada bajo el sol, respecto a la crianza del olivo y las excelencias del aceite. Ya el escritor latino Columela, nacido en Cádiz en el siglo I de nuestra era, escribió sobre la agricultura entre la que se encontraba el árbol de Minerva, este olivo jiennense por antonomasia, si nos atenemos a los millones de olivos que dan esplendor plateado y beneficio económicos, sin los cuales Jaén seguiría siendo paso de caravanas árabes en donde el polvo y los lagartos camparían a sus anchas en la tierra desolada, donde vivir todos los días sería una odisea intrigada y nada apta para el sostenimiento. Bueno, pues voy a comerme la tostada con aceite verde de oliva. Que cunda el ejemplo.