A vueltas con Cataluña

07 oct 2018 / 12:36 H.

Hace un año en Cataluña se intentó, a las bravas, hacer un referéndum de autodeterminación que ha traído una lista enorme de consecuencias de todo tipo. La principal es que por primera vez en nuestra historia reciente, la decisión de unos políticos les ha llevado a la cárcel o a huir del territorio nacional; la segunda, la creación por parte prácticamente todos los sectores sociales, de una radicalización de las posturas, con una carga ideológica que ha sobre elevado el ambiente social hasta lo tajante. Yo mismo que he estado este verano pasado en Cataluña, he podido apreciar una sociedad dividida, en proceso hacia la independencia, y que al menos parece irreversible. Seguramente el mismo, se presente como violento por todas partes, pero en cierta medida lo que se discute es de un calado donde acercar posturas es casi imposible y donde todos viven enrocados en discursos que son, a priori, irreconciliables. Obviamente la única solución es ponerse hablar y a este respecto, como sugerencia, creo que no sería mala solución empezar por poner encima de la mesa de negociación, los restos del Dictador. No en vano terminó por convertir a Cataluña en su ojito derecho, y qué mejor manera de reconocérselo, que re-enterrándolo en un lugar preeminente de la Sagrada Familia de Barcelona.