Una ermita para Jabalquinto

El Ayuntamiento adquiere con su superávit la histórica edificación a una familia

25 abr 2019 / 17:32 H.

Paso a paso. Así trabaja el Ayuntamiento de Jabalquinto para recuperar un emblemático elemento de su patrimonio para el disfrute de sus ciudadanos y convertirlo en un atractivo turístico más. Se trata de la antigua ermita de San Juan Bautista y Nuestra Señora de las Mercedes, edificación que hunde sus raíces en el siglo XVII y se sitúa en el mirador de la Carrera, en pleno casco histórico y con unas vistas privilegiadas a media provincia. Desacralizada desde hace años y propiedad de una conocida familia de Jabalquinto, mañana hará justo un año que el pleno aprobó su adquisición, la que fue formalizada en el mes de diciembre gracias al superávit de las arcas municipales. Ahora, como apunta el alcalde, Pedro López Lérida, trabajan de la mano de la Universidad de Jaén para realizar un estudio arqueológico que sirva como punto de partida para su posterior rehabilitación.

La idea, como explica el responsable municipal, partió por iniciativa del equipo de Gobierno: “Estábamos convencidos de que es un valor histórico y cultural importante para Jabalquinto y nos propusimos el objetivo de ponerlo en valor”. Así, como relata, contactaron con la familia propietaria y, desde el principio, se mostró predispuesta. “En ningún momento ha puesto impedimento o traba alguna”, reconoce López Lérida.

Así, entre los primeros pasos dados, se solicitó un informe de valoración, que realizaron técnicos de la Diputación Provincial.

En abril de 2018, se llevó al pleno de la Corporación, que aprobó la compra de esta Ermita de San Juan Bautista y Nuestra Señora de las Mercedes con el voto a favor del equipo de Gobierno —Unión Democrática de Jabalquinto (UDJ)— y el voto en contra del grupo municipal del PSOE. “La oposición valoró que en el municipio existían otras inversiones que realizar más importantes”, explica el alcalde. Cabe destacar que la compra se financió con cargo al superávit municipal, el “ahorro” de los últimos años de gestión en el Ayuntamiento. “Gracias a la buena situación económica con la que contamos, somos uno de los pocos ayuntamientos de la provincia con deuda cero”, recuerda Pedro López. La compra se realizó por unos 200.000 euros, el valor de la tasación que realizaron los técnicos, por un lado del terreno —valorado en 168.589 euros— y por otro, el edificio —19.954 euros—.

Ahora, como adelanta el alcalde, el Ayuntamiento de Jabalquinto está en contacto con la Universidad de Jaén para que los arqueólogos realicen un estudio sobre este espacio patrimonial y definir su valor. A partir de ahí, será el momento de realizar un proyecto para su rehabilitación y puesta en valor, dice López Lérida. Entre las ideas que barajan están desde su conversión en un museo de artes y costumbres populares, su habilitación como casa de conferencias y espacio cultural y, sobre todo, que entre a formar parte del patrimonio de Jabalquinto, como un bien conservado para el disfrute de vecinos y visitantes.

En todo este proceso, que el alcalde ya adelanta que será largo, también se valorará, con el estudio que los expertos realicen en la mano, solicitar su declaración como Bien de Interés Cultural y las posteriores ayudas y subvenciones que se puedan conseguir como tal, como puede ser el 1,5% Cultural del Gobierno central. “Es un proceso lento pero esperamos que, en dos o tres años, se puedan ver ya resultados”, reconoce. “Tenemos que apostar por nuestro patrimonio”, asegura. Y concluye: “Estamos muy ilusionados porque creemos que se puede abrir una nueva ventana en Jabalquinto para el turismo”.

Desacralizada y con impresionantes vistas
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La ermita de San Juan Bautista fue construida por orden de la marquesa Catalina de Rojas y Sandoval y la primera piedra se colocó en el año 1635. Se sitúa justo a las espaldas de una de las joyas patrimoniales de Jabalquinto, su Palacio, hoy sede del Ayuntamiento. Se trata de la calle Carrera, con un mirador con vistas privilegiadas, como explica el alcalde. El muro de piedra, de unos tres metros de altura, fue construido posteriormente, en torno al año 1820, para el que se utilizaron las piedras procedentes del antiguo y derruido castillo. Actualmente se encuentra desacralizada y acondicionada como vivienda, aunque no habitada y en estado ruinoso. Conserva la estructura de las portadas conventuales del XVII, una pequeña espadaña y, naturalmente, notable rejería tradicional de Jabalquinto.