El apogeo de la emoción y la fe

La ciudad clausura la feria 2018 con la procesión de la Virgen del Alcázar

16 ago 2018 / 12:01 H.

Q ue la feria de Baeza es conocida por toda la comarca y lejos de las fronteras de ésta es algo que se comprueba con los numerosos visitantes que pasan cada año por el recinto ferial y llenan la zona de día y de noche junto con los vecinos. El motivo es una confluencia de factores y el cuidado y esmero con el que preparan cada detalle, unidos al calor veraniego del mes de agosto.

Y es que, si los primeros días comenzaron con ganas de ofrecer divertidas actividades para todos los públicos, la recta final de la feria se caracteriza por tradición y costumbre. La penúltima jornada estuvo amenizada por la música y el buen ambiente, así como por la tarde tonadillera, que pasó más sin pena que con gloria. No fue suficiente para eliminar el ambiente festivo de los baezanos y las ganas de disfrutar de la programación de este año, así que por la noche se trasladaron al recinto ferial y muchos de ellos eligieron asistir a la gran apuesta musical que estuvo protagonizada por el grupo “Siempre así”. Jóvenes y mayores se entremezclaron en la caseta para cantar las canciones del grupo sevillano, que dejó un gran sabor de boca a los asistentes.

Pero aún quedaba mucho más. La última mañana de feria arrancó con fe, esa que derrochan los devotos a su Virgen del Alcázar, a la que ofrecieron una Santa Misa que llenó cada uno de los bancos de la Iglesia de San Andrés, algo que ocurre cada año pero no por ello deja de ser muy emocionante para todos los feligreses. Casi con las últimas palabras del sacerdote, comenzaron a sonar los instrumentos de los componentes de la Banda de Música de Baeza que, cada año, ofrecen las mejores de sus notas a los vecinos y turistas, en el parque Leocadio Marín, que como el resto de lugares se llena, en este caso para reconocer el talento de muchos artistas del municipio. Así pasó una mañana que volvió a desembocar en el ferial de día, con toques musicales, en esta ocasión de estilo flamenco, con el grupo “Plomo y Plata”. Los de Linares dejaron un gran sabor de boca a aquellos que decidieron disfrutar de la última sobremesa de la feria. Poco a poco cayó la tarde del gran día, pero aún quedaba uno de los más emotivos encuentros, la procesión de Nuestra Señora del Alcázar, la Madre de los baezanos, que se paseó desde su sede hacia varias zonas de la ciudad para volver de nuevo a su casa, San Andrés. Con muchos casi exhaustos de unos días de intenso jolgorio, aún quedaba alguna que otra pincelada, y es que el recinto ferial acogió el último de sus conciertos, el de la orquesta “Moliere Show” y la gran traca final con la que se pone fin a una nueva feria y a la suma de la ilusión y el esfuerzo de todos los baezanos.

Eso sí, que nadie se preocupe si cree que la rutina volverá a instalarse en su vida, aún quedan algunas actividades de “postferia”. El próximo domingo se celebrará la XIII Exhibición de Enganches Ciudad de Baeza 2018. Asimismo, del 22 al 30, se podrá disfrutar de la exposición de cuadros a lápiz de Cristóbal Fernández en la sala Gaspar Becerra y, por último, el 26 de agosto se llevará a cabo el XI encuentro de Bolillos y Mantillas.