Cita con excelentes recuerdos

Vecinos y emigrantes han vivido unas fiestas plenas de fraternidad y diversión

20 ago 2018 / 12:01 H.

Las fiestas patronales de Cazalilla, en honor de San Blas y la Virgen de la Cruz, suponen, cada verano, un ante y un después para el pequeño municipal, con menos de novecientos habitantes. Las celebraciones de agosto marcan la presencia en viviendas y calles de decenas de emigrantes que regresan desde Cataluñas y otras comunidades autónomas para disfrutar de unos días de asueto y devoción entre familiares y amigos. Este año el ritual se cumplió y los cazalilleros, que se caracterizan por su hospitalidad, los acogieron con los brazos abiertos.

Con el final de las fiestas muchos de los visitantes se marchan aunque otros se quedan unos días más hasta agotar su periodo vacacional. En septiembre, con su partida, la tranquilidad habitual regresará a las calles. Este año el epílogo a las fiestas de la Virgen de la Cruz y San Blas tuvieron un epílogo muy especial, con la llegada del autobús de Diario JAÉN, que generó expectación entre lugareños y forasteros. En paralelo, el periódico provincial ofreció a los cazalilleros una camiseta especial conmemorativa de las fiestas con gran aceptación.

Las fiestas, que culminaron a mediados de semana, supusieron una demostración de fe y religiosidad popular en torno a San Blas, una imagen que también sale en procesión en febrero, y la imagen mariana. En los cultos, asistencia masiva de fieles junto al sacerdote titular de la Magdalena, Miguel Ángel Solas, o al presidente del grupo parroquial, Lorenzo Andréu, así como el hermano mayor, Luis Pablo Gallego. Por su parte el Ayuntamiento, con el alcalde Manuel Jesús Raya al frente, hizo un esfuerzo en la programación de actividades lúdicas, que se caracterizaron por su elevado nivel y su diversidad. Un éxito.