La ciudad se tiñe de color blanco por la resurrección

A pesar de las amenazas de lluvia, la imagen pedo hacer su desfile procesional para cerrar la semana de Pasión

22 abr 2019 / 16:12 H.

La Semana Santa llegaba a su fin en la mañana de ayer con la procesión de Jesús Resucitado. Un día gris donde los rayos del sol aparecían tímidamente entre las nubes que amenazaban lluvia. Tras la Santa Misa, celebrada en el Templo de la Encarnación, y en torno a las 12 de la mañana aparecía la imagen de Jesús Resucitado por la puerta principal de la iglesia para los sones de la Sociedad Filarmónica “Ciudad de Bailén” de la Asociación Musical Nuestro Padre Jesús Nazareno. El paso estuvo acompañado por miembros de la Guardia Civil que celebran este año el 175 aniversario, así como por los miembros de la Corporación Municipal y de todos los presidentes de las cofradías de pasión y gloria de la ciudad.

Decenas de penitentes que, en esta ocasión, habían tornado los capirotes morados a blanco como símbolo de la resurrección de Jesucristo, así como mantilleras que vestían de blanco abrían el cortejo procesional. Tras su paso por Carrera y Tribuna Oficial, Jesús Resucitado se reencontraba con Nuestra Señora del Mayor Dolor y Consuelo que salía desde la Iglesia de la Encarnación, tras no poder procesionar en la noche del Viernes Santo. Ambas imágenes procesionaban hasta la Ermita de Nuestro Padre Jesús poniendo punto y final a una Semana Santa donde, una vez más, la lluvia ha hecho acto de presencia. Y es que tras el Jueves Santo, la lluvia se eligió protagonista. Ya en la Madruga las imágenes de Nuestro Padre Jesús Nazareno, San Juan Evangelista y Nuestra Señora de los Dolores realizaban su particular estación de penitencia aunque con normalidad. No tuvo tanta suerte Nuestra Señora de la Piedad y el Calvario, que incluso tuvo que resguardarse en la Casa Hermandad de San Juan, que vio como en su salida el agua irrumpiría con fuerza desluciendo el cortejo. A pesar de la lluvia, la normalidad y la fe han imperado en esta Semana Santa donde el respeto y la devoción han reinado en cada una de las nueve procesiones que han salido a la calle.