Una noche llena de historias personales

La Carrera de San Antón mantiene viva la llama de la ilusión de miles de deportistas

20 ene 2019 / 12:14 H.

La noche inolvidable de 10.00 personas. Eso es la Carrera Urbana “Noche de San Antón” de Jaén para todos y cada uno de sus participantes. No hay tristeza en los últimos puestos, ya que saben que son respetados por el primero y por el segundo. No importa el lugar del que provenga el corredor, ni si ha hecho más de 300 kilómetros en coche para correr 10 y no ganar. Han ganado. La marea multicolor apostada en Avenida de Andalucía es consciente de que será superada por miles de deportistas, muchos de élite, pero a ellos les da igual, están ahí, los nervios son los mismos que tienen los primeros y la euforia les invade cuando el alcalde da el pistoletazo de salida. En los márgenes, otros tantos cientos les aplauden y vociferan antorchas en mano, son el aliento de los que no pueden más. A mitad de carrera unos piden lluvia mirando al cielo, otros piensan lo bien que estarían en casa y algunos más se ven aplaudiendo desde el lateral, pero nunca se paran, no pueden hacerlo. Se han preparado durante meses, semanas o días, este es su momento y tienen que pelear. Hay que luchar contra los calambres, el flato y el dolor, pero de nuevo los gritos de los jiennenses les recuerdan porque corren. Promesas, amor o propia superación, son 10.000 historias personales recorriendo las calles de la capital. Las fuerzas flaquean, pero la Catedral se erige deslumbrante y devuelve la sonrisa a los corredores. Los cinco que tienen por delante son el objetivo a batir y si pasan a alguno de ellos serán felices, pero siempre lo hacen después de animarlos a continuar. Las personas que ofrecen agua son consideradas como salvadoras en ese momento y cuanto más extraño es el disfraz del compañero que va por la derecha más se reafirman en lo bien que han hecho en participar. Puede que haya pasado más de una hora desde la salida, pero todos alzan los brazos, suspiran y se abrazan al llegar a meta con una felicidad inexplicable para quien no está ahí. Han corrido mejor o peor que el año pasado, pero ya empiezan a pensar en el que viene. Lo han conseguido.