Un pueblo que se funde con Burgos y su histórico Señor

Una delegación castellana asiste a las celebraciones patronales

20 ene 2019 / 12:55 H.

Las celebraciones patronales cabrileñas son muy especiales este año. Son dos los elementos determinantes. Por un lado, la visita por segunda vez, después del precedente de 2017, de la réplica de la histórica imagen del Cristo de Burgos, que se venera en la catedral de esa ciudad. Por otro, la presencia de una delegación de vecinos y miembros del tejido asociativo de la capital castellana, que acuden para fortalecer el hermanamiento formal con Cabra del Santo Cristo. Ambos municipios están unidos por la honda veneración a esta imagen del Señor.

Los actos de la víspera de una fiesta que concluirá hoy arrancaron, a las seis de la tarde, con un acto de hermanamiento entre el Ayuntamiento cabrileño y la cofradía de las Siete Palabras y del Santísimo Cristo de Burgos. La sala de exposición del edificio estaba repleta para acoger el acontecimiento. Justo después, el catedrático de Historia del Arte Lázaro Gila pronunció la conferencia “El Cristo de Burgos o de Cabrilla, una importante devoción de la España moderna. Arte, historia e iconografía”. El momento cumbre del sábado llegó con el desenclavo y el descendimiento de la imagen burgalesa a cargo de la cofradía desplazada hasta Cabra. El acompañamiento musical correspondió a la asociación Cabra del Santo Cristo. La iglesia de Nuestra Señora de la Expctación vivió el momento, seguido de un besapié en el que los fieles mostraron sus respetos ante el Señor, a la vez una auténtica obra de arte.

Las actividades de hoy arrancan a las dos de la tarde, con una comida de convivencia con los mayores en el restaurante Casa Herminia. A las seis y media, empieza la misa y el acto de hermanamiento entre la cofradía burgalesa y la local de la Esclavitud del Santísimo Cristo de Burgos. Por último, los devotos desean que las anunciadas lluvias dejen un hueco para la procesión de las siete y media, que reúne en las calles cabrileñas al Santo Lienzo y el Santo Cristo de la ciudad de Burgos.

La fiesta es una constatación de la devoción existente en esta parte de Sierra Mágina desde el siglo XVII. También permite fortalecer la ligazón con Burgos, municipio al que una delegación cabrileña viaja cada año dos veces, en mayo con motivo de las fiestas de Fátima del barrio de Gamonal y en septiembre, por las celebraciones del Cristo. Este año es muy especial para el alcalde, José Rubio, quien, después de casi dieciséis años en el cargo, vive su última edición como alcalde. La delegación burgalesa que se encuentra este fin de semana en tierras cabrileñas ronda las veinticinco personas.

El tirón del Cristo de Burgos es tal que, como cada año, numerosas personas de Sierra Mágina y de puntos de la provincia de Granada se desplazan hasta el pueblo para acompañar al Señor y recibir con los brazos abiertos a su equivalente burgalés, que solo en contadas ocasiones abandona la ciudad.