Un anciano de 75 años, acusado de abusar sexualmente de su nieta

14 nov 2018 / 20:34 H.

M.F.L., de 75 años, se ha sentado en el banquillo de la Audiencia de Jaén para responder de una acusación de abusos sexuales hacia su nieta. Se enfrenta a 12 años de prisión que es lo que le reclama el Ministerio Fiscal y la acusación particular. En su declaración lo ha negado todo y se ha defendido diciendo que él no es “un degenerado”.

“La he tocado porque la he criado, pero nunca con malas ideas”, ha dicho el acusado cuando ha empezado su declaración tras haber sido conducido a la Audiencia desde la prisión de Jaén donde se encuentra internado desde enero de este año cuando la menor, en compañía de sus progenitores, denunció los hechos en la Comisaría de la Policía Nacional de Andújar.

La menor relató que desde que tenía 14 años y hasta cumplir los 17 años su abuelo había abusado de ella en unas 40 ocasiones, en las que supuestamente la sometió a tocamientos y prácticas de índole sexual. Los hechos sucedieron en Andújar (Jaén) tanto en casa de los abuelos como en la casa de la menor.

Aunque en sus declaraciones anteriores ante el juzgado, el acusado reconoció los hechos, este miércoles ante el tribunal de la Sección Segunda que lo ha juzgado, lo ha negado todo. No así la menor, ya con 18 años, que por videoconferencia ha relatado de forma pormenorizada cómo comenzaron los abusos durante una siesta y que ella calló durante tres años para no hacer daño ni a su abuela ni al resto de la familia.

Así hasta que en enero de este año no pudo aguantar más la situación y acabó contándoselo a una amiga, a su prima y a una tía. Fue su tía la que habló con su madre y a partir de aquí los hechos se sucedieron. La primera reacción de la madre, tal y como ha declarado en el juicio, fue la de buscar a su padre para preguntarle si era cierto y “él me dijo que sí, pero que era poca cosa”.

Seguidamente vino la denuncia y el ingreso en prisión del abuelo puesto que ante el juez instructor sólo matizó los hechos, pero no los negó. La madre ha declarado que mientras ocurrían los hechos su hija cambió de forma de ser y empezó a ir mal en los estudios, pero “nunca podía imaginar lo que le estaba ocurriendo”.

“Mis padres han criado a mis hijas y nunca me lo pude imaginar”, ha dicho la madre, que ha reconocido que ella obligaba a la menor a ir a visitar a los abuelos porque en los últimos tiempos la niña siempre ponía pegas para ir a verlos. “Claro que mi hija dormía la siesta con su abuelo, como yo lo hice en su día, pero nadie piensa que vaya a pasar algo”, ha dicho la madre.

El padre de la víctima también ha declarado diciendo que “nunca” pudo sospechar nada raro, que la relación con su suegro era “más que buena” y que aunque se dio cuenta del cambio de carácter en su hija, no lo relacionó con un posible caso de abusos hasta que su hija se decidió a contarlo porque “no podía más”.

El Ministerio Fiscal, además de los 12 años de prisión, reclama 17 años de prohibición de acercamiento y comunicación con su nieta, además de una indemnización de 20.000 euros, cantidad que la acusación particular eleva a 25.000 euros. Por su parte, la defensa pide la libre absolución.