Religión y Evangelio, dos términos “incompatibles”

José María Castillo presenta su último libro en la Sala 75 Aniversario

22 feb 2019 / 12:01 H.

No se oía una mosca, por echar mano del dicho, ya que en invierno ni se oyen ni se ven, salvo excepciones, que las hay. Todas las personas, desde el comienzo hasta el final de la presentación del libro El Evangelio marginado, de José María Castillo, ni pestañeaban dado el interés de lo que decían las tres personas que ocupaban el estrado de la Sala 75 Aniversario de Diario JAÉN: Isabel Mateos, representante de HOAC; Paqui Fuentes, gerente de Mensajeros de la Paz, y José María Castillo, teólogo, nacido en Puebla de don Fadrique. No todo fue expectación y silencio por parte del público, también hubo aplausos y explosiones de risa, que son las más sanas, cada vez que el autor del libro hacía uso de su gran sentido del humor, ahora que, como él dijo, a punto de cumplir 90 años, tiene el mayor grado de lucidez mental.

El acto, como explicó el director de Diario JAÉN, Juan Espejo, se emitió en directo a través de las redes sociales Twitter, Facebook y You Tube y fue seguido por unas 3.200 personas, mayoritariamente de Andalucía, pero también de Madrid, Murcia, Galicia... Lima (Perú), Suiza, y otros muchos y lejanos lugares.

En su intervención, José María Castillo sintetizó el contenido de su libro y explicó la diferencia insalvable entre la religión y el Evangelio: “La religión brota de la necesidad
—dijo— y el Evangelio brota de la generosidad. Son tan distintas y contrapuestas que son incompatibles. O lo uno, o lo otro”. Recordó que Jesús tenía una conducta profundamente religiosa y fue un hombre muy religioso, “pero no practicó la religión”. Y añadió: “Si iba al templo era porque allí se juntaba la gente y aprovechaba para decirle lo que pensaba”. José María Castillo recordó que hay cuatro Evangelios reconocidos y otros que son apócrifos. “Lo que se dice en los Evangelios es histórico, sucedió. Son teología narrativa, no especulativa, una recopilación de relatos breves, redactados con la intención de transmitir, no una manera de pensar, sino de vivir”.

En esa diferenciación entre los dos conceptos, el autor del libro, precisó que aunque la religión hace uso del Evangelio en la misa, este no puede ser una parte de la eucaristía “porque la religión se enfrentó al Evangelio, hasta el punto de que mató a su personaje central. No olvidemos que, si leemos los Evangelios lo que menos aparece en ellos es la religión”. Castillo destacó que lo que le importaba, sobre todo, a Jesús de Nazaret era la salud de las personas, la comida compartida y las relaciones humanas.

El Nazareno hizo desde el primer día lo que creía que tenía que hacer. “La religión fue para los dirigentes, sacerdotes, rabinos, maestros de la ley, gente del templo... Eran quienes lo persiguieron, acecharon y denunciaron. Un conflicto que terminó de la peor manera, con un juicio, una condena y la ejecución de Jesús”.

José María Castillo comentó que su libro llega hasta el siglo XV, por lo que le queda aún otros periodos por escribir. “Quisiera hacer algo más breve, pues, después, vino la Reforma, la Ilustración, la Restauración del XIX, y todo eso sirvió para preparar dos guerras mundiales y ahora, en la actualidad, no sabemos qué va a pasar. Él, dice, se siente bien y animado. Recordó que el médico le dijo que su edad cronológica no coincide con la que aparece en el carné de identidad. “Mentalmente estoy mejor que nunca. Uso un aparatito para oír y por las tardes tengo problemas con las fechas. Fuera de eso, duermo bien, como bien y me encanta pasarlo bien”.