Praga, un capricho del destino

Pablo Venteo se marchó a Praga para buscar una oportunidad de crecer profesionalmente y allí descubrió un país lleno de tesoros que descubrir, aunque, según afirma, la actitud de las personas sea un poco más cerrada

05 ago 2018 / 16:34 H.

El destino es caprichoso, y el de Pablo Venteo lo llevó hasta la misma capital de la República Checa, Praga. Fue a través de la invitación de uno de sus amigos (el cuál estaba de Eramus en la ciudad) que este joven jiennense se aventuró a llegar hasta el corazón de Europa para labrarse un futuro como guía turístico hace dos años y medio. Tiempo en el que se dió cuenta de que, ahora, no podría verse en otro sitio que no fuera la capital checa.

No se lo pensó mucho una vez recibió la invitación de su amigo a probar suerte en Praga. Le encantaba trabajar como guía turístico en Jaén, pero sentía que en ese momento no podía progresar. Por ello, armó rápidamente sus maletas y se marchó en busca de una nueva vida en la ciudad checa. Desde que llegó, Pablo Venteo trabajó como guía turítico en dos empresas. En la actual, trabaja, de hecho, con otro jiennese que decidió mudarse a Praga. Con esta presencia tan jiennense en la empresa, Venteo cuenta que son ya varios compañeros los que desean venir a conocer Jaén y su provincia. Su trabajo le ayudó a conocer, rápidamente, los lugares más emblemáticos de la ciudad. A lo que se sumó, además, su afición de encontrar todas las jornadas de puertas abiertas o inauguraciones para incluirlas en su agenda y, además, tiene un mapa donde marca todos aquellos edificios que ya ha visto o que desea ver de Praga y República Checa. Hobbie que le ha hecho ganarse el apodo de “El del mapa”. “Ambas listas no paran de subir”, apunta Venteo. Entre algunas de las cosas más impactantes que Venteo vivió en Praga, destaca el día en el que se encontró en el Castillo de Praga al presidente de la República Checa haciendo un recibimiento oficial al Dalai Lama. “Es lo típico, estás con tu tour y de repente dices: ‘Ah, mira, el Dalai Lama’”, bromea. Sin embargo, aunque esté a miles de kilómetros de distancia, Pablo Venteo no se libra de la necesidad de volver a su tierra. De hecho, afirma que, según su jefe, “vuelve demasiado”. No deja pasar más de cinco meses, detalla.

Sobre la actitud de los checos, Pablo Venteo descata que puede ser algo “chocante” para aquellos que crecieron dentro de la cultura mediterránea. “Los checos son gente no sonriente. La sonrisa es muy poco común. Y, sobre todo en la capital, tienen un poquito más de fama de ser más cerrados. Entonces, una de las cosas que más te encuentras son quejas de los secos o maleducados que son”, expone. Por contra, Venteo afirma que esto es totalmente falso: “En realidad, no son así, simplemente no sonrien. El tono de voz de aquí es, sencillamente, alto y la gente lo malinterpreta; así como la forma de ser del idioma, que es más fuerte comparado con el español. Por eso la gente piensa que les están gritando o tratando mal”. Sobre este asunto, subraya que cuando se llega a conocer a los checos son “un amor”, tanto que llegan a abrir de par en par las puertas de sus casas. Pero, antes, necesitan conseguir cierta confianza. “Simplemente, no tienen esa empatía desde el primer momento”, insiste.

Debido a esta actitud más distante, Pablo Venteo confiesa que le costó bastante adaptarse a su nueva ciudad y apunta: “Hay dos maneras de adaptarse, una es tener tu grupito de gente extranjera y otra es echarle un par de lo que sea”. Comenta que aún no domina el cheho “ni de lejos”, pero que sí puede comunicarse bien en su día a día fuera de su tramo laboral (que suele hablar en español). Aprender el idioma local lo describe como “obligado”, ya que según cuenta no mucha gente habla en inglés. A pesar de todo, Venteo no duda en hablar de ellos como “personas maravillosas”.

UN NUEVO PARIENTE

En su trabajo diario, Pablo Venteo trata con cientos de personas que buscan un guía español en la capital checa. Explica que son muchos los españoles con los que se ha encontrado, entre ellos, varios grupos de jienneneses, entre los que hubo algún que otro vecino. Sin embargo, la anécdota más curiosa que vivió en Praga fue el momento en el que coincidió con un pariente suyo del que, de hecho, desconocía su parentesco hasta ese mismo momento. “No sabíamos que estábamos emparentados. Me pasó con unos chavales que eran de Jaén. Le pregunté a mi madre y me dijo que si su tatarabuela se llamaba Blasa éramos parientes, y así fue”, explica Venteo. Praga es la cuarta ciudad más visitada de Europa y cuenta que, cada vez que llega alguien de Barcelona, les pregunta cuántos parientes de Jaén tienen, y la respuesta siempre suele estar por encima de cero.

TRAMPAS
Y tURISMO

“Hay un montón de trampas para turistas”, asegura Pablo Venteo. Según especifica, una de estas trampas está en las “casas de cambio”, donde suelen meter comisiones o cambios penosos. El sector del taxi también lo destaca como una trampa, ya que hay taxistas que son “auténticos mafiosos que tienen su propio despacho en el Ayuntamiento de Praga”. “Aquí llegan a puntos donde te encierran dentro del taxi si no pagas cierta cantidad, se han dado casos a tarifas de doscientos euros por ir al aeropuerto porque no conocía la Corona Chena...”, explica. Destaca, además, que en algunos restaurantes se puede dar la situación de que incluyan la propina dentro del precio. Por ello, advierte de que en el turimo en Praga hay que tener cuidado. Además, no asocia esto con los propios checos y asegura que esto tampoco los convierte en malas personas.

LOS PAÍSES DE CENTROEUROPA ESTÁN EN LA LISTA DE DESEOS PARA EL FUTURO
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Con respecto a su futuro, Pablo Venteo aclara que no es “muy selectivo”, aunque nunca se hubiera imaginado que iría a Praga hasta que le dijeron que tendría posibilidad de trabajo. A pesar de esto, afirma: “En estos momentos, no podría verme fuera de Praga. Pero admito que se puede cambiar, porque el destino te puede llevar a muchos sitios”. Admite que le gusta le idea de seguir viviendo en los países del centro de Europa, como Alemania. Aunque el tema de volver a asentarse en Jaén lo ve “un poco más complicado”, ya que los países de centroeuropa le han conquistado. Asegura que, en Praga, se siente “moderadamente integrado” y apunta que esto puede deberse a que aún no controla del todo el idioma checo; aunque sí confiesa que es, de sus compañeros, quien mejor lo domina. Tanto, que le han empezado a llamar “El diccionario”. El idioma checo le abrió las puertas a conocer otros de los países limítrofes, los cuales visitó aprovechando la situación geográfica de la República Checa. De hecho, esta semana fue al sur de Alemania para verse con unos amigos.

Lugares que recordar
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En sus muchos viajes por la República Checa, Pablo Venteo se encontró con lugares que le cautivaron. Entre ellos, el Castillo de Litomyšl, el lugar de nacimiento del compositor Bedřich Smetana. Este castillo, uno de los más bellos de la República Checa, apareció en la película “Amadeus”, del director checo Miloš Forman.

Curioso y atrevido
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El “Trabbie” con piernas es una de las obras del famoso, y también controvertido, artista checo DavidČCerný y fue uno de los elementos que más llamó la atención de Venteo en el jardín de la Embajada Alemana de Praga. El artista Cerný tiene una gran parte de su obra repartida por toda la ciudad de Praga.

UN Icóno infantil
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Krtecek es un personaje de animación creado por Zdenek Miler en el año 1966. Este pequeño topo se convirtió en el amigo televisivo de millones de niños en República Checa, China, India, Ucrania, Rusia y muchos más países. Un personaje que, aunque no llegó a España, si llegó hasta el jiennense Pablo Venteo.

Otro más en la lista
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El Castillo de Karlštejn fue mandado a construir en 1348 por el Rey de Bohemia y Sacro Emperador Carlos IV. Esta enorme edificación contiene la Capilla Dorada, conocida como la capilla gótica mejor conservada de todo el mundo. Entre sus viajes, Venteo vistó el lugar y, así, pudo tacharlo de su lista de ligares imprescindibles.