Los albergues y la necesidad

Los siete albergues de temporeros que aún están abiertos en la provincia para atender, principalmente, a trabajadores extranjeros en la campaña de aceituna solo tienen una ocupación media del 51,5%. Los 20 centros que forman la red provincial abrieron desde el 23 de noviembre y en función de la demanda de cada municipio. Sin embargo, estos datos de ocupación contrastan con los problemas severos de alojamiento que tienen muchos inmigrantes en la provincia. Los casos de incendios en infraviviendas de las últimas semanas, con una víctima mortal, deben de servir para ir ya un paso más allá en función de las necesidades y de la realidad social de estas personas. Si, por ejemplo, en los albergues se exige una documentación contractual que los inmigrantes no tienen se quedan sin cubrir plazas y estos acaban por ocupar viviendas libres o malviviendo todos juntos en cocheras u otros espacios nada recomendables para estar en unas condiciones mínimas de habitabilidad. Esa es la casuística real que ocurre en muchos municipios, que obliga a cerrar espacios públicos donde la atención es inmejorable, mientras la bolsa de infravivienda aumenta. En este sentido, quizá también las administraciones, con sus servicios sociales, deberían estar más atentas a estas situaciones para ofrecer soluciones de garantías. De igual forma, hay que exigir a los propios empresarios contratantes que piensen en soluciones conjuntas de la mano privada para ofertar también un alojamiento de garantías para una mano de obra tan necesaria. Cabe, por lo tanto, darle una vuelta de tuerca a cómo y, sobre todo, que se necesita en función de las necesidades de las últimas campañas.