La cultura como embajadora

    17 abr 2019 / 11:04 H.

    Una ola de tristeza invade Europa por el incendio catastrófico, ya extinguido, de la catedral de Notre-Dame, que es un valor cultural de referencia para toda la comunidad europea y, por lo tanto, por esa razón se sienten estos destrozos más allá del país galo. Estos monumentos históricos que salpican la vieja Europa son un legado del que no disponen otros continentes y de ahí la importancia de preservarlos, divulgar los tesoros que albergan y que cuenten con la máxima protección como es el caso, ya que esta catedral está considerada Patrimonio de la Humanidad y, precisamente, estaba en un proceso de rehabilitación que, al parecer y según las primeras hipótesis de la investigación, estaría detrás del fuego que acabó con buena parte de la torre y la característica aguja de la seo. Como sostienen los expertos, en este tipo de edificios cuando se realizan restauraciones en las que están implicadas varias empresas, numerosos trabajadores, aunque haya una coordinación expresa son inevitables riesgos de incendios o problemas. En este caso, la estructura parece que aguanta y una ola de patriotismo empresarial recauda millones de euros para comenzar la reconstrucción cuanto antes. Ese orgullo nacional bien entendido es, en este caso también, una buena forma de tener a la cultura como la mejor embajadora del país. En eso Francia lleva muchos años de delantera como referencia cultural de la vieja Europa. España, tiene en este sentido, una referencia cercana de como trabajar con el patrimonio. Contamos con hitos monumentales de primer nivel que debemos saber cuidar y “exportar” como lo que son, verdaderas joyas. Y el compromiso privado también es necesario.