Herramienta contra el fuego

    22 abr 2019 / 11:42 H.

    U n vecino de La Carolina irá a la cárcel por un delito de incendio forestal. Se trata de un caso especial, en el que los magistrados consideran que le prendió fuego de forma intencionada a un monte cercano a su ciudad. Las llamas afectaron a dieciséis hectáreas de un paraje natural protegido de gran valor ecológico. Se trata del castigo mínimo que recoge el Código Penal para este tipo de hechos. Además de los tres años de prisión, el condenado tendrá que indemnizar con 3.100 euros a la Junta, por los gastos de extinción, y con más de 2.000 euros a los dueños de otras parcelas que sufrieron daños como consecuencia del fuego. Se trata, ante todo, de una condena ejemplarizante, que visualiza un problema que se repite año tras año, fundamentalmente cuando el calor más aprieta, y que es necesario que la sociedad sepa que, judicialmente, existen herramientas para acabar con actos que van mucho más allá del vandalismo. Es importante, además, que los medios de comunicación relaten qué sucede en cada siniestro que acaba con un trozo de monte que, a la postre, tan difícil resulta de recuperar. Es hora de actuar. No hay más tiempo que perder para acabar con la cierta condescendencia hacia quienes queman el monte y, además, son detenidos con pruebas más que suficientes para garantizar su autoría. No puede ser que, un verano sí y otro también, se vivan las mismas imágenes. No sólo están en riesgo los montes, sino que ponen en peligro vidas humanas. Los pirómanos deben saber que si son detenidos y condenados, la Justicia será implacable y hará caer todo el peso de la Ley sobre ellos. Es el único camino para que no se repitan episodios que atentan contra la naturaleza.