Dedicado a ti

    16 nov 2018 / 09:01 H.

    Es posible que por fin hayas visto a quien querías ver donde lo querías ver: comúnmente se dice a los pies de los caballos. Y tiene su mérito ir guardando recuerdos, palabras, gestos, momentos, en un interminable listado del “debe” hasta que, por fin, este se convierte en “haber”. Todo un ejemplo de esas actitudes por las que el ser humano ha de sentir vergüenza y que son origen de conflictos irresolubles y guerras interminables. Sin embargo, pocas cosas no están ya escritas en los libros y comportamientos de esta naturaleza no son más que el exponente del más perverso cainismo: conflictos mal resueltos, incapacidad de llegar a acuerdos y deseo, por contra, de perpetuar el odio, y transmitirlo, como mínimo, a la siguiente generación. Mal legado para una herencia. A ti que, por triste que sea, no representas a una persona sino a muchas, hay que recordarte que el transcurso de la vida va moviendo los tiempos y los lugares de tal modo que quien hoy está aquí, mañana estará allí. Es categórico. Y esto sucede no por ninguna clase de justicia poética, o humana, o divina, sino por una estricta e involuntariamente construida relación de causalidad. Lo que has hecho hoy tendrá su efecto mañana.