Una vez en diciembre

    08 nov 2018 / 11:19 H.

    El musical de Anastasia llegó a la capital española hace unas semanas, directamente aterrizado desde Broadway. Muchos de los niños de finales de los 90 disfrutaron con esta historia sobre la hija pequeña del zar más famoso de Rusia, gracias a aquella película de animación producida por la Century Fox en 1997. Ahora, esos mismos niños hemos tenido la oportunidad de sentirnos parte de esta leyenda, especialmente gracias a una tecnología escénica puntera, donde destaca un triple escenario giratorio y multitud de pantallas LED que adaptan el escenario en un parpadeo y sin necesidad de bajar el telón. Estamos ante un espectáculo que, aun potenciando esa magia y centrándose en aspectos comerciales más allá del rigor histórico, ha decidido sustituir la inocencia de la fantasía a través de la introducción directa de la figura de los bolcheviques, que se convierten en los antagonistas del cuento ante la nostálgica ausencia del inolvidable Rasputín y su murciélago albino, el pequeño Bartok. Y aunque para muchos esto haya podido suponer una ligera decepción, todo se ve olvidado ante la contundencia de los músicos, el director y el reparto, deslumbrante a su vez gracias al majestuoso vestuario.