Solamente discrepar

    29 abr 2018 / 10:53 H.

    Complot, traidora, trepa... Estos son algunos de los calificativos que ha recibido Carolina Bescansa al destaparse su plan para intentar desbancar a Pablo Iglesias en un par de años. Y yo me pregunto: qué hay de malo en que una militante de un partido, sea el que sea, trate de buscar apoyos y de intentar llevar sus planteamientos adelante si no le gustan los que hay. Y más, en una formación política que dice que los militantes y los círculos son lo primero. ¿O no? ¿O va a ser que no o que ya no? A ver si eso fue al principio y lo que predomina ahora es el culto al líder. Se puede discutir si es extemporánea la propuesta, si el error de la difusión ahora es más o menos inoportuna pero no sé por qué se critica la legitimidad de una militante, fundadora de Podemos, no lo olvidemos, que hace unos años era una persona valiosísima, de las mentas más preclaras en España analizando encuestas, símbolo de ese partido después, e imagen icónica con su hijo en el Congreso, y ahora es poco más que una apestada desde que ha criticado los modos y maneras del líder. Así van los partidos cuando se estimula la lealtad y no las personas valiosas y valientes que incluso se atreven a critican a los rectores de esas fuerzas políticas.