Situación y solución

    20 abr 2018 / 09:26 H.

    Según la oficina estadística de la Comisión Europea, la Oficina Europea de Estadística, España es la quinta economía de la Unión Europea con un nivel de riqueza de 23.200 euros en PIB per cápita; que es similar al promedio de ese grupo de países, 28.900 euros en PIB per cápita. Nuestros políticos se enorgullecen de que tengamos una de las economías más desarrolladas y potentes de la Unión Europea. Ahora bien, todo hay que decirlo, a ese tan enorgullecido grupo de personas, instituciones y entidades tan influyentes a nivel político y mediático, que procuran mantener y controlar el orden establecido, se les olvidan otros datos, es curioso.

    Se les olvida que nuestro país es también uno de los que tiene peores condiciones laborales en la Unión Europea, estamos en la cola y solo superamos a Hungría y Chipre. Al analizar la intensidad, la autonomía y los factores de riesgo físicos en el trabajo, estamos a la cola. España tiene el porcentaje mayor de trabajadores en la pobreza de la Unión Europea y que solo superamos, por la cola también, a Rumania y Grecia. Si miramos el promedio de ingresos mensuales netos del trabajador remunerado ajustado a los precios de cada país también estamos por debajo del promedio de la Unión Europea, aunque más alto que en países como Bulgaria o Hungría.

    Tampoco es para sacar pecho el tremendo nivel de desempleo, uno de los más altos de la Unión Europea. Además se le añade que tenemos uno de los mayores porcentajes de horas extras. Solo nos supera Grecia. No solo somos el país de la Unión Europea con más precariedad, sino que también somos el país donde más ha crecido esta precariedad en los últimos años. Tenemos uno de los mayores porcentajes de población laboral con dificultad para encontrar empleo indefinido, con temporalidad indeseada y con inestabilidad. Todo se puede ver el informe publicado en 2017 por el European Trade Union Institute, Índice de calidad del empleo europeo, que ofrece una visión detallada de los trabajos en manos de los trabajadores europeos y qué aspectos se deterioraron en los últimos diez años. En esta situación, se presentan soluciones, y sorprendentemente nos encontramos con un partido cuyos dirigentes rodean sus propuestas de una rimbombante narrativa obrerista. Su oratoria y retórica están plenas de un lenguaje obrerista, proletario. Sorprende que en el panorama político sea una de las poquísimas organizaciones políticas que utiliza el término clase trabajadora, y se presenta como el defensor de los intereses de las clases populares más desprotegidas. Me refiero al partido Ciudadanos. Su última jugada ha sido introducir una propuesta de ley en las Cortes en defensa de la clase trabajadora, ley en contra de la precariedad. Su intención es eliminar los contratos temporales y sustituirlos por fijos.

    Según dicha propuesta, todos los contratos pasarían a ser contratos indefinidos, aumentando así la protección de los trabajadores, ya que la indemnización por despido pasaría en su propuesta de 12 a 20 días por año trabajado. Es decir, que cuando el empresario despidiera a un trabajador que tiene ahora un contrato temporal, tendría que pagarle 20 días en vez de 12. Si este trabajador fuera ahora un trabajador temporal, ganaría con tal propuesta ocho días, lo cual, además de favorecer al trabajador temporal, frenaría que el empresario lo despidiera, pues le sería más caro hacerlo que ahora. Sin abordar más causas o consecuencias de la precariedad se les olvida, curiosamente, citar sobre su propuesta que esta tiene que ver no solo con los ahora definidos como contratos temporales, sino también con los contratos fijos. Y para estos últimos proponen que cobren como indemnización los mismos días que recibirían los temporales, es decir, 20 días.

    Curioso, nos encontramos dos regalitos para los empresarios: uno, es que en lugar de tener que pagar treinta y tres días cuando despiden a un trabajador fijo, tendrían que pagarle solo veinte; y el otro regalito es que la propuesta de ley hace mucho más fácil, en comparación con ahora, que el empresario despida a un trabajador fijo. El empresario podría alegar cualquier motivo para el despido. ¡Qué curioso!, ¿no les parece?