Sembrando esperanza

    21 mar 2018 / 09:08 H.

    Hace poco dije sí y abrí mis ojos, me encontré con una realidad bien distinta y me llenó”. Así comienza el texto que podemos leer en el interior del folleto de la exposición solidaria que, bajo el título Sembrando Esperanza, podemos disfrutar hasta mañana en el Muelle de la Ciudadela de Jaén. Una exposición de Matilde Galiano Bellón que recomiendo visitar por diversas razones. La primera de ellas por la calidad y originalidad de sus obras; cuadros pintados en cajas de madera, que tiene su significado, con un realismo impresionante, llenos de vida. La segunda por su carácter solidario, ya que lo recaudado se destinará para ayudar a los más pobres de Comarapa, una ciudad de Bolivia. Y la tercera porque su visita no te deja indiferente. Recuerdo la tarde que visité esta sala de arte, con la suerte de que Matilde me explicó cada una de las obras expuestas, los motivos que le llevaron a trabajar en esta exposición y sus vivencias con los pobres de Comarapa durante el verano de 2017; disfruté tanto que volví a casa de forma distinta, con la bonita sensación de que el bien está muy cerca de mí para llegar muy lejos; solo basta abrir los ojos con una mirada diferente y dejarte llenar. Matilde fue a un campo de misión y la misión llegó a ella; tanto le cautivó que le tocó el alma y el corazón. Le regaló encuentros, gestos, amistad, días preciosos, cariño, que se sintió libre y querida. Recibió más de lo que dio y el Espíritu de Dios la acompañó. No me extraña esa sonrisa y ese brillo en los ojos cuando me explicaba; no me extraña esa alegría compartida con su familia por todo lo allí vivido; no me extraña esa decisión de transmitir a su alrededor el gozo de lo allí sentido. La experiencia de Matilde y su familia en Comarapa cambia la vida. Gracias por utilizar el arte para hacernos partícipes de ese encuentro profundo con los más pobres; gracias por saber transmitirnos, con alegría y esperanza, que merece la pena trabajar por un mundo más justo, más humano; gracias por cambiar, aunque solo sea un poco, porque así los demás también podemos cambiar, aunque solo sea otro poco.