Política
y magia

    17 feb 2019 / 11:08 H.

    En cualquier número de magia lo imprescindible es fijar al público en un punto para que centre toda su atención en el, que no sea consciente de dónde y cómo se desarrolla el verdadero truco. Y si el mago es bueno, funciona. Extrapolemos a la realidad política española, encontraremos muchísimas similitudes, máxime si las televisiones son parte del juego. Analizando imágenes y tertulias de las dos últimas semanas, encontraremos que el objetivo sensorial de la ciudadanía se encontraba muy alejado de las preocupaciones reales. Nada de desempleo, nada de corrupción, nada de espionaje en las altas esferas a un nivel brutal, nada de unas listas de espera sanitarias, antesala de conciertos con clínicas privadas. En suma, todo muy alejado de lo importante. Y ese es el truco, mantener a millones pendientes de una cosa mientras en la periferia de la estampa pasan otras que, inadvertidas, sí son fundamentales para los ciudadanos. Para muestra un botón, un joven me comenta “¿qué me importa a mí todo eso? Cuando acabe la aceituna, al paro”. Debe ser que tenemos magos en vez de políticos.