Oposiciones: tierra prometida

    07 feb 2018 / 09:00 H.

    Las recientes declaraciones del ministro de Educación devuelven al plano de la actualidad un tema controvertido, cual es el de las oposiciones de acceso al funcionariado docente. No se logra dar con un sistema más justo y mejor, y así las oposiciones siguen siendo la tierra prometida de unos pocos y la fuente de frustración de los más. Tal y como está montado el tinglado, con un excedente importante entre los titulados universitarios respecto a las necesidades reales del mercado laboral, no es fácil conseguir plaza. Depende de tantos factores, que a la postre parece cuestión de azar. Así se encuentran muchos jóvenes docentes jugando en esa ruleta de la suerte y viendo cómo se malogran muchos años de trabajo para conseguir un título universitario, incluso su Máster, que ha supuesto un desembolso, para acabar dedicándose a otras actividades laborales muy por debajo de su formación, si se encuentran. Especialmente grave es la frustración acumulada cuando, después de algunas convocatorias aprobado sin plaza, de poner mayor ahínco en el estudio, de engrosar el currículum con formación adicional, incluso de tener alguna experiencia laboral en el precario mundo de la interinidad, te encuentras con un suspenso.

    Naturalmente que hay que cambiar el sistema de acceso a la función pública docente. Y en ese sentido, parece buena la propuesta del ministro de buscar solución en otro que tiene mayor éxito, como es el que se emplea en medicina. Ahora bien, extrapolar el MIR médico a la educación va mucho más allá que cambiar el sistema de las oposiciones por otro a doble vuelta tras un periodo de prácticas docentes tutorizadas, como parece ser que propone el ministro. Supone una modificación estructural de calado que debería remover hasta la formación inicial docente. Pero es el camino para minimizar frustraciones y para lograr un profesorado capaz de afrontar los grandes retos de la educación actual, y de paso dignificar la profesión docente. Mientras tanto, supuesto cualquier oposición tampoco es garantía de acceso de los mejores, y para dar valor a la formación adquirida en la titulación, con un único examen objetivo y esos años de formación en prácticas sería suficiente para enmendar lo actual.