No solo serlo, sino parecerlo

    29 jul 2018 / 10:53 H.

    Que el poder corrompe parece más que evidente si echamos un vistazo a la hemeroteca. Y que en España estamos sobrados de fiesta, sol, playa, turismo y festivales veraniegos también. Si unimos una cosa con la otra, nos sale el último caso, no de corrupción, pero llamativo al menos. Me refiero a la presencia del nuevo presidente del Gobierno español y su esposa en el FIB para asistir a un concierto de The Killers utilizando un avión oficial. Luego han venido las explicaciones convincentes para unos y nada convincentes para los otros. Me cuesta trabajo creer que alguien inteligente, como se le presupone a cualquier presidente de Gobierno, pueda ser tan torpe como para hacer algo así a los pocos días de ser investido, pero viendo lo que ocurre en nuestro país en los últimos años, ya casi nada sorprende. Lo que tengo claro es que, cuando alguien tiene un puesto de máxima responsabilidad, como es el caso, debe medir sus palabras y cada uno de sus movimientos con precisión milimétrica y teniendo en cuenta la difícil situación por la que atraviesan miles de españoles, no solo hay que ser honrado, sino parecerlo, como la mujer del César.