Nicolás, máster en trabajar

    12 ago 2018 / 12:07 H.

    Mi amigo Nicolás, que tiene tanto de bruto como de buena persona, suelta sapos y culebras a vueltas con los famosos másters que, parece ser, se regalaban en la URJC. Y no, Nicolás no es universitario, ni siquiera tiene estudios medios, pero trabaja en el campo, cada día, sin saber de festivos o duración de jornada. Su monumental cabreo deriva de su sabiduría. Él sabe lo que tarda en engordar la aceituna, el tiempo que necesitan las hortalizas en dar fruto. Conoce bien lo que pinchan las alcaparreras. Aún así, Nicolás es feliz, pero le toca las narices el asunto, por no escribir lo que de su boca sale. Sus cultivos tardan más en dar fruto que el que se necesitó para el máster dichoso, que no tiene muy claro que es, pero sí es consciente de que sirve para obtener un mejor trabajo e incluso, para algunos, vivir del cuento. Dice, con cierta lógica, “a esos los quisiera yo ver criando tomates, a ver si son igual de buenos”. A ver cuando le toca a Nicolás que le convaliden algunos madrugones, que no le vendría mal.