Las medidas del Mal

    13 nov 2017 / 09:36 H.

    Vivimos en un mundo global, las fronteras se hacen líquidas, permeables y los escándalos morales fluyen. Los abusos sexuales de Harvey Weinstein en Hollywood son clara evidencia de la universalidad de estos desafíos. Nada permanece ajeno, ni un certamen machista, rancio y misógino como el de Miss Perú. Las concursantes en vez de exponer sus medidas físicas, motivo por el que estaban allí, relataron las cifras de la violencia que sufren las mujeres de su país. Rápidamente se globalizó la polémica y el mundo líquido tomó conciencia de que “Perú es un país de violadores”. Todas las mujeres del planeta perciben, pese a lo inapropiado del lugar donde se encuentren, que la rigidez del antiguo orden se desmorona. El día que las peruanas se revelaron, incluidas sus misses, poniendo cifras y nombres al maltrato, pusieron también de manifiesto que el cambio social de la modernidad líquida es un hecho, y que el silencio no forma parte de su ruta. Decían que era como un conjuro para alejar el mal, pero el gran reto para las mujeres de este mundo global es forjar una voluntad común, homogénea porque el Mal, que acecha a las mujeres en cualquier parte del mundo, es global y lo impregna todo.