Y pedir perdón

    20 may 2018 / 10:41 H.

    Se ha escrito mucho sobre ETA y su disolución. Por lo que para no ser reiterativo, destacaría un par de ideas. La primera, es que hay que alegrarse de que uno de los problemas que han marcado la reciente historia de España y fuente permanente de desgracia y dolor, finalmente se haya terminado. Pero ha sido sin duda, la España real, la de los ciudadanos, la que ha demostrado una saber estar, que deja en evidencia a muchos políticos presentes y pasados. Y de aquí la reflexión de que no todo el mundo ha estado a la altura de un fenómeno tan violento y extremo como ha sido ETA. Muchos políticos, especialmente del PP, por no decir toda la derecha-centro, han capitalizado y utilizado el dolor ajeno para hacer su especial puesta en escena y formalizar el miedo como arma electoral y política. Ahora con ETA disuelta, ya no podrán valerse de esto. Y aunque las víctimas están repartidas por todo el espectro político y social, deberían ser solo ellas las que capitanearan un relato, que tendría que tener a aquellos que mataron y extorsionaron sin justificación, pidiendo perdón y dando explicaciones. Porque si hay algo tiene que tener todo esto de “positivo”, es sin duda, que hay que crear un relato donde el verdugo y la víctima tengan el tratamiento correspondiente.