Historia del tranvía en Jaén

    01 ago 2018 / 08:40 H.

    Anda que si cuando volvamos de vacaciones los jiennenses, nos llevamos la sorpresa del siglo... Ese fue mi primer pensamiento, cuando ayer leí los titulares de la noticia de la reunión que mantuvieron representantes de la Junta de Andalucía y del Ayuntamiento de Jaén, en relación a las actuales gestiones para la puesta en marcha de nuestro famoso tranvía. Pero, nada más lejos de la realidad. La desilusión sobre este asunto volvió rápidamente a mi cabeza al seguir leyendo el artículo en cuestión, en el que se rendía cuenta de las tradicionales palabras que expresan, según mi parecer, la desidia en cualquier negociación interminable: “flecos, detalles, borrador, perfilar...”, es decir, nada nuevo sobre el sol. Ocho años después de la grandilocuente actuación, de quien fuera, que consiguió encerrarlo en su cochera, por no se sabe bien por qué. Y es que, pese a que los medios de comunicación se han esforzado por informarnos sobre el origen y los motivos de tan lamentable operación, lo cierto es que, a fecha de hoy, la ciudadanía no tenemos muy claras las causas que se airearon como desencadenantes, sonando, todas ellas, a verdaderos pretextos que inducen nada más que a confusión y escepticismo. Pero, en fin, como los ciudadanos, por naturaleza, somos bastante crédulos a lo que se nos dice, respecto de las cuestiones públicas, una y otra vez, confiamos en las informaciones que se publican, y en las que parecen decir “esta vez es la definitiva”, “esta vez va en serio”, “ahora sí”. Pues eso, porque queremos ser confiados en la buena voluntad de las partes y porque nunca se agota nuestra paciencia y fe hacia nuestros gobernantes, en esta ocasión, volveré a confiar en que, se va a cumplir el objetivo aireado por los representantes políticos, de que el sistema tranviario va a echar a andar en abril del año próximo, y que, finalmente, todo este episodio quede reducido a una anécdota más en los anales de la historia de nuestro Jaén.

    Ocho años después de la grandilocuente actuación, de quien fuera, que consiguió encerrarlo en su cochera, por no se sabe bien por qué