Habas de mayo

    26 may 2018 / 10:37 H.

    No habían pasado ni tres años de la legalización del PCE, cuando un abogado laboralista del que por aquellos tiempos era un sindicato de izquierdas, llegó con su Mercedes al aparcamiento del Palacio de Justicia. No recuerdo como acabó el juicio, ni la causa, ni el nombre de su defendido. Lo más importante de aquel día fue sin duda, la marca del coche del letrado. Enseguida salieron por la diestra y siniestra comparaciones, chominás y hasta obscenidades, referidas al defensor de la clase obrera que calzaba un carro de rico para ir al curro. No era la primera vez, ni la última, que los extremos coincidían en la misma calle para apedrear al mismo. A unos y otros, sin que les pese su ideología, el desaparecido Paco Pérez les puso un nombre, “Zorrocotrocos”. Desde entonces hasta hoy no han faltado salvapatrias verduleros, tecnócratas políticos y rojos de uno u otro lado, que no hayan sido comidos por la misma boca que muere el pez. Aunque siempre es más fácil ver la mota de polvo en ojo ajeno, que la Gurtel, el Bárcenas, los ERE, las preferentes y las cajas B. Todo es cuestión de estilo de vida.