Estampas granadinas

    18 may 2018 / 08:28 H.

    Es una gozada impagable recordar, de vez en cuando, la deslumbrante y esplendorosa belleza de Granada. Hoy, en esta mirilla, lo quier hacer así. En la Torre de la Vela al viento di besitos, volando se los llevó a los labios de la nieve entre suspiro y suspiro. La Virgen de las Angustias a mí se ha dirigido, yo le ruego, postrándome de rodillas, que proteja a su Granada hasta el final de los siglos. La soleá de Morente entristece los sentidos, porque nos dejó la huella de amores por su Graná, y de ella se ha despedido. El agüita están cantando coplas de rosas y lirios a la vera del arrayán y las rojas clavellinas del Generalife florido. La Alhambra está soñando estrellitas de platino, buriladas por los oribes de los brillos rutilantes que de Dios han aprendido. Churumbeles en los hombros con ojitos renegríos, greñúo tienen el pelo, y muy pronto cantarán tientos de gitano estilo. El témolo de Tárrega son embrujados sonidos que navegan por mis venas como barquitos veleros que viajan al infinito. La naranja de oro se esconde por el oeste bruñida de rosicleres celajes, la Alhambra, mientras tanto, le dice adiós con sobrecogedores lloros de escalofríos.